EL ESTILO DE JACOB ELORDI, A EXAMEN

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Elordi ha construido una gramática de estilo perceptible y replicable.EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN

El actor australiano, que apunta al Óscar por su papel en `Frankenstein´, ha dejado de ser únicamente una cara televisiva para convertirse en un referente de la moda masculina contemporánea. Su estilo, construido sobre la mezcla de sastrería impecable, punto contundente y una inclinación por los accesorios, funciona como una estrategia: aparenta espontaneidad, pero obedece a pautas claras.

Esa capacidad para transitar alfombras rojas y paseos por la ciudad con la misma coherencia lo ha situado en la órbita de las casas de lujo y en la agenda de los observadores de tendencias; prendas básicas, pero de cortes y tejidos impecables son la base de un estilo que es referente masculino por prescriptores de moda.

Un equilibrio entre sobriedad y personalidad Desde los primeros focos que le dieron visibilidad, Elordi ha conjugado dos vertientes en su imagen pública: “la del traje clásico, muchas veces con cortes angulares y reminiscencias del cine, y la del atuendo urbano enriquecido por accesorios que rompen la monocromía”, explica el diseñador y estilista Rubén Murga.

Su estilo, ha llevado a Elordi a convertirse en un imán para las casas de lujo. EFE/EPA/JILL CONNELLY

 

En la alfombra roja se le ha visto apostar por smokings y abrigos precisos; fuera de ella, por cardigans enormes, vaqueros rectos y camisetas básicas que sirven de lienzo a bolsos, pañuelos y gafas de sol. Esa dualidad refuerza su presencia mediática y explica por qué las firmas buscan asociarse con su figura.

Un rasgo recurrente en los análisis de su estilo es la importancia de los accesorios como elemento estructurante. “Piezas sencillas de base complementadas con hasta cinco accesorios —pañuelos, gafas, gorros, bolsos y hasta libros— que actúan como señas de identidad”, desgrana Murga.

Esa estrategia transforma conjuntos discretos en propuestas reconocibles y fotografiables sin necesidad de extravagancias, que ha llevado a Elordi a convertirse en un imán para las casas de lujo.

Un imán para las firmas de lujo.

El actor australiano, que apunta al Óscar por su papel en `Frankenstein´, ha dejado de ser únicamente una cara televisiva para convertirse en un referente de la moda masculina contemporánea. EFE/ Mario Guzmán

 

Bottega Veneta, entre otras, figura de manera recurrente en sus apariciones públicas: el actor ha sido señalado como uno de los responsables de volver a situar ciertos bolsos masculinos en el mapa cultural, un gesto que desdibuja límites tradicionales entre prendas pensadas para uno u otro género.

Esa alianza entre actor y firma funciona tanto comercialmente como simbólicamente, pero su estrategia va más allá del patrocinio evidente. En los últimos meses Elordi ha practicado lo que algunos cronistas han llamado ‘method dressing’: utilizar el vestuario como prolongación de un personaje o de una narrativa cinematográfica.

 

 

 

Durante la promoción de ‘Frankenstein’ lució prendas que remitían a la estética de la película —un suéter con carga nostálgica y guiños góticos—, demostrando que su selección de piezas puede dialogar con el material artístico que presenta. No es mera puesta en escena; sino un uso reflexionado del vestuario como herramienta de comunicación.

“El apartado técnico de su estilo revela elecciones precisas: preferencia por la sastrería minimalista en tonos serios, mezcla de volúmenes cuando integra punto o cazadoras de cuero, y el uso de calzado clásico para enlazar ambas estéticas”, explica el estilista. Su silueta, alta -mide 1,97 metros de estatura- y proporcionada, le permite jugar con largos y anchuras que en otros cuerpos resultarían desajustadas.

Su silueta, alta -mide 1,97 metros de estatura- y proporcionada, le permite jugar con largos y anchuras que en otros cuerpos resultarían desajustadas. EFE/EPA/ETTORE FERRARI

 

Aun así, esa aparente facilidad no es casual: la repetición de ciertos patrones —trajes con solapa fina, cinturones discretos, camisas de corte limpio— describe una gramática propia que los medios han empezado a descifrar.

El bolso como accesorio estrella.

La elección del bolso como icono merece una atención particular. En un mercado que hasta hace poco trataba los complementos masculinos con reticencia, la insistencia de Elordi por modelos voluminosos y de factura artesanal ha contribuido a normalizar su presencia en alfombras y aeropuertos.

Al mismo tiempo, el bolso funciona como un elemento narrativo: puede convertir un conjunto informal en una declaración de lujo discreto o equilibrar la sencillez de una camiseta y un vaquero. Esa capacidad de transformar la lectura de un conjunto explica por qué su relación con ciertas marcas se ha hecho visible.

A nivel de influencia, su repercusión trasciende la mera emulación estética. En redes sociales y en editoriales de moda se repiten piezas que remiten a su ‘fórmula’: punto grande + pantalón recto + accesorio singular. “Su atractivo no reside en la ostentación sino en la moderación medida”, puntualiza Murga.

Piezas de archivo y diseño emergente.

No obstante, su imagen no está exenta de críticas. Algunos observadores reprochan una repetición mecánica de fórmulas —demasiado dependencia de accesorios o una paleta cromática limitada— que, según ellos, puede convertir una personalidad estilística en una caricatura autorreferencial.

El actor, por su parte, parece consciente de los riesgos y, en ocasiones, incorpora piezas de archivo o toques inesperados que desactivan la previsibilidad sin renunciar a su identidad. Esa tensión entre coherencia y riesgo es, precisamente, lo que alimenta el interés editorial.
Mirando al futuro próximo, la trayectoria estética de Elordi sugiere varias posibilidades. Puede consolidarse como la cara visible de un tipo de masculinidad elegante y ligeramente melancólica; puede, también, ampliar su repertorio incorporando colaboraciones más eclécticas o apostando por siluetas menos convencionales.

Las pistas recientes —la alianza con marcas de lujo, el recurso a piezas de archivo y el diálogo con los personajes que interpreta— indican que su proyecto de imagen seguirá siendo tanto personal como estratégico. Elordi ha construido una gramática de estilo perceptible y replicable: sastrería contenida, punto voluminoso, denim recto y accesorios que actúan como firmamento visual.

Esa combinación, gestionada con prudencia y cierto grado de teatralidad, le ha permitido ocupar un lugar relevante en el discurso de la moda masculina actual. Su valor no reside únicamente en la estética, sino en la capacidad de convertir la apariencia en una herramienta de comunicación coherente con su carrera artística.
María Muñoz Rivera.
EFE REPORTAJES



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