Fuente: Agencia México
Paty Cantú dejó claro que su boda con Christian Vázquez fue un acto de autenticidad absoluta. Sin seguir costumbres estrictas ni pedir permiso, tomó decisiones que reflejan por completo su personalidad. Una de ellas fue el vestido verde con el que dio el sí, una elección que no fue casualidad. “Que se note que vamos, sí tradición, pero a mi manera y quiero ser un poco rockstar, un poco glam, ¿no?”, explicó la cantante al detallar el significado detrás de su atuendo nupcial. Su intención era mandar un mensaje claro: cada detalle, por mínimo que pareciera, podría ser una oportunidad para expresarse desde su esencia.
En esa misma línea, habló de cómo incluso los elementos florales de la celebración rompieron con lo convencional. “Incluso los ramos y las cosas que escogí todas tenían así como flores que usualmente no son de ramos o que son consideradas feas. Quería decir que todo lo que uno puede considerar que no es, si tú lo sabes acomodar, puede mostrarse bello”, compartió Cantú. Para ella, la estética de su fiesta fue también una declaración sobre la belleza que se revela cuando algo se coloca en el contexto adecuado, alejándose del canon tradicional.
Tras el enlace, surgió la inevitable pregunta de la prensa sobre planes de maternidad. La cantante respondió con humor y ternura, manteniendo la coherencia con su estilo personal. “Mis hijos son las canciones, pero ahora tienen papá”, dijo entre risas. Luego añadió: “Mis hijos son un montón de mis amigos, algunos de mis sobrinos, muchos de mis fans, porque ellos me dicen madre”. Con ello dejó entrever que, por ahora, su energía creativa y emocional continúa volcada en la música y en la comunidad que la acompaña.

En medio de discos, grabaciones y una agenda artística que no se detiene, Cantú también reveló que sí habrá espacio para celebrar su nueva etapa personal. “Sí, me quiero dar un par de semanas de luna de miel, así que Navidades con el nuevo esposo”, adelantó. Para la artista, este tiempo se alinea más con un merecido respiro que con un ritual obligatorio, manteniendo la coherencia con su visión libre de imposiciones.
Sobre los cambios que muchos aseguran que trae el casamiento, especialmente después de cuatro años de noviazgo, Paty fue franca al reconocer que, en su caso, lo cotidiano no se ha transformado tanto. Sin embargo, admitió un detalle divertido: “Y ahora sí, no hay cómo no me digan ‘señora’. La verdad no me decían mucho ‘señora’ antes, pero ahora ya es como ‘señora’, ya es que claro”. Este nuevo título, aunque inesperado, lo toma con humor y naturalidad.
La cantautora remarcó que la decisión de casarse no obedeció a presiones externas, expectativas sociales ni tiempos establecidos. “La verdad es algo que hicimos porque quisimos, no porque teníamos que ni porque tocaba”, afirmó. Para ella, el matrimonio fue un acto de voluntad y celebración, no una obligación dictada por circunstancias o tradiciones.
En cada reflexión, Paty Cantú refuerza la idea de que su unión fue un ritual lleno de significado personal, construido desde la autenticidad, la creatividad y la libertad. Su elección de colores, flores, dinámicas y tiempos no solo definió un día importante, sino que reiteró el mensaje que también transmite a través de su música: la belleza se encuentra en ser uno mismo, incluso cuando eso implica romper moldes.
Fuente: Agencia México
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