Joshua Reyes Sámano
Periódico La Jornada
Viernes 26 de diciembre de 2025, p. a12
Gilda Hernández ha recorrido algunas de las montañas más desafiantes de Europa impulsando su bicicleta con un solo pedal. En 2016, un osteosarcoma (cáncer) que por años combatió, provocó la amputación de su pierna izquierda y desde entonces encontró en el paraciclismo, deporte que exige potencia y cadencia constantes, una forma de sentirse viva.
“Con esta disciplina descubrí esfuerzos (físicos) que nunca había experimentado. Tuve cáncer, un osteosarcoma en la pierna izquierda, por eso la perdí y durante ese proceso me sentí muerta, como si todo fuera mi imaginación. Entrar al ciclismo me hizo vol-ver a sentirme viva y que podía hacer muchas cosas sin ayuda de nadie más, solamente con mi bicicleta.”
La pedalista oaxaqueña ha desafiado interminables carreteras; desde las que emergen entre el verdor de las cordilleras escocesas, donde tuvo que enfrentar corrientes de aire heladas, hasta los caminos coloridos de México formados por los sembradíos de flores de cempasúchil en su tierra, durante los meses de octubre y noviembre.
“Una de las cosas por las que adoré el ciclismo fue por los maravillosos paisajes que te permite conocer. Me gustó mucho Escocia, todos los lugares que descubrí están grabados en mi memoria y te llenan el corazón, pues estás en un sitio que jamás imaginaste”, recordó la joven de 25 años, quien se encuentra en el top 10 del ranking UCI en clasificación WC2.
El vínculo de Gilda con el deporte surgió tras vencer al cáncer. En su niñez no era una persona muy activa, por lo que en su familia jamás imaginaban que se convertiría en atleta de alto rendimiento y mucho menos en “la primera oaxaqueña en ser paraciclista”.
En su palmarés destacan dos Premios Estatales del Deporte (2020 y 2024), una medalla de bronce en la Copa Mundial de Maniago, Italia, que se disputó este año, así como múltiples oro en circuitos nacionales.
“Pedalear con una pierna tiene desventaja porque al ser un depor-te de potencia y de cadencia nece-sitamos trabajar mucho en eso. Ahorita me estoy enfocando en el gimnasio para complementar la potencia con diversos ejercicios, todo ese trabajo que hago con mi entrenado-ra me permite aumentar la fuerza para cuando se requiera en competencia y evitar que tenga lesiones en mi pierna. En la cadencia me ha costado bastante, pero no es imposible y estoy mejorando.”
Hernández relató que el equilibrio y control de la bicicleta siempre lo ha trabajado con ejercicios isométricos, así como con “un rodillo, objeto usado por ciclistas profesionales, que permite rodar en espacios más pequeños y ayuda a mantener el control”. Este año, finalizó en sexto lugar en la prue-ba de ruta y quinta en la contrarreloj durante el Campeonato Mundial que se disputó en Bélgica.
▲ La paraciclista oaxaqueña de 25 años se ubica en el top 10 del ranking mundial.Foto cortesía de la atleta
“Mi meta es llegar a Los Ángeles 2028, pero para lograrlo, nosotros como deportistas con discapacidad debemos hacer un esfuerzo sobrenatural para conseguir medallas. Me gusta competir con atletas convencionales porque al subirme a la bicicleta siento que se ponen al tú por tú conmigo, me hacen olvidar mi discapacidad, que puedo hacer el mismo esfuerzo que ellos e incluso ganarles”, explicó.
Su bicicleta es su compañera de aventuras, con ella realiza todo tipo de entrenamientos y elude los peligros que conlleva pedalear en las calles de México. “Es completamente convencional, como la de Isaac del Toro, no tiene ningu-na adaptación. Solamente le corté la biela porque en Oaxaca hacen topes muy altos y corro el riesgo de caerme”, precisó la paratleta.
Si bien recorrer caminos desafiantes alrededor del mundo como parte de su entrenamiento le brinda recuerdos únicos, afirma que pedalear en el país pone muchas veces en “peligro su vida”.
“Para mí es difícil saber que soy ciclista y está en peligro mi vida. No podemos entrenar en otro lugar, es una tontería que nos digan que debemos usar las ciclovías, cuando son muy cortas, estacionan el carro ahí y no es lo ideal para un atleta de alto rendimiento. Es muy importante la cultura vial, ya que ser ciclista en México no es un deporte muy fácil, es arriesgar la vida día con día. Salir a carretera a costa que un conductor imprudente nos aviente el carro, ya he tenido algunos percances también, lamentablemente aquí en Oaxaca no existe esa cultura y deberíamos trabajar con eso”, enfatizó.
Gilda encontró en el paraciclismo una motivación después de vencer a su enfermedad, así como ella múltiples atletas a lo largo de la historia han encontrado ese refugio en diferentes disciplinas. Un caso similar fue el del italiano Alex Zanardi, ex piloto de Fórmula Uno e Indycar, quien estuvo cerca de morir en un accidente automovilístico en 2001, donde perdió ambas piernas.
Su resiliencia, 11 años después, le permitió volverse multimedallista olímpico en paraciclismo, tras cosechar en total cuatro medallas de oro y dos de plata en las justas de Londres 2012 y Río 2016.
En un año sobresaliente para el ciclismo mexicano, gracias a las actuaciones de Isaac del Toro (subcampeón del Giro de Italia) y Yareli Acevedo (campeona mundial en pista), Gilda encuentra una motivación en los éxitos de sus compatriotas para llevar al paraciclismo tricolor a la cumbre.
“Es un orgullo que pueda haber ciclistas mexicanos teniendo esas grandes victorias en Europa, en un deporte que no es muy popular en el país y por tanto muy pocos latinoamericanos destacan en el ciclismo. Para mí es un ejemplo a seguir y espero algún día ser como ellos”, concluyó Hernández.
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