Los seres humanos podríamos tener 33 sentidos, no 5, como todos pensamos

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By ndh
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¿Cuántos sentidos tiene el ser humano? Todos estudiamos en el colegio que solo tenemos cinco: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Sin embargo, con los años hemos ido leyendo sobre científicos que apuntan a un sexto o incluso un séptimo sentido. La realidad es que muchos de ellos son solo el resultado de investigaciones que siguen en pañales. No certifican que realmente tengamos ese sentido. Otros sí que son bastante más concluyentes. 

Sea como sea, la realidad es que es difícil afirmar con seguridad cuántos sentidos tiene el ser humano. Pero que sea difícil no quiere decir que no haya cifras orientativas. De hecho, son varios los científicos que afirman que, sumando todos los que se conocen y los que apenas se han estudiado, debemos tener entre 22 y 33 sentidos

Esa cifra incluye los cinco que ya conocemos, por supuesto, pero también otros muchos. Algunos se habían detectado previamente en otros animales, para luego comprobar que nosotros también los tenemos. Otros los conocíamos desde hace mucho, pero no nos habíamos parado a pensar que podrían ser sentidos como tal. Finalmente, muchos puede que ni siquiera los hayamos descubierto. Vamos a ver algunos ejemplos.

Hay sentidos que tiene el ser humano sin clasificarlos como sentidos

En un artículo para The Conversation, el investigador de la Universidad de Londres Barry Smith habla de la cifra de los 33 sentidos que tiene el ser humano y señala cuáles pueden ser algunos de ellos. Se centra especialmente en eso que sabemos que somos capaces de usar pero no nos habíamos parado a clasificar como sentidos.

Por ejemplo, este es el caso de la propiocepción. Se trata de un sentido por el cual sabemos dónde se encuentran nuestras extremidades sin tener que mirarlas. Ahora mismo sabes que estás sujetando el teléfono móvil mientras lees esto, notas tus dedos sobre él, igual que los pies apoyados en el suelo. Eso suponiendo que lo estés leyendo en el móvil mientras permaneces en un asiento con los pies apoyados, por supuesto.

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La propiocepción nos permite ubicar nuestras extremidades sin mirarlas. Crédito: Freepik

Smith hace referencia también a la interocepción, que nos permite percibir cambios internos en nuestro cuerpo. Por ejemplo, percibimos si tenemos hambre o, muchas veces, si el corazón late con un ritmo anormal.

También menciona el sentido de la propiedad, por el cual percibimos nuestras partes del cuerpo como propias. Esto puede parecer muy obvio, pero una persona que tiene daño cerebral, por ejemplo tras sufrir un ictus, puede percibir que su brazo lo está moviendo otra persona o que no es suyo.

Los sentidos que compartimos con otros animales

Un sentido muy estudiado, pero generalmente en otros animales, es el de la ecolocalización. Ciertas especies, como los murciélagos, lo utilizan para orientarse sin necesidad de emplear la vista. Cabe destacar que estos mamíferos voladores no son ciegos, como asegura el mito. Si bien su visión no es tan buena como la humana, sí que  pueden ver. El problema es que hacen vida por la noche, por lo que a veces es la propia oscuridad del ambiente la que les impide ver. Para solucionar el problema, recurren a la ecolocalización, que les permite detectar obstáculos analizando el eco de los chillidos que emiten estratégicamente. 

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Los murciélagos no son los únicos animales con el sentido de la ecolocalización. Crédito: Sonia Nadales (Unsplash)

Este sentido, en realidad, no es propio de los murciélagos. También lo utilizan otros animales, como los delfines. Y los propios humanos.

Hace tiempo que se sabe que las personas invidentes pueden usar la ecolocalización. Mediante resonancia magnética, se ha visto que, cuando escuchan el eco, se activan en su cerebro áreas asociadas a la visión. Aunque no estén viendo. Se pensaba que esto podría ser resultado de cómo la plasticidad cerebral les ayuda a adaptarse al perder la vista. No obstante, en 2024 se descubrió que en personas con una visión normal también se puede entrenar la ecolocalización, de manera que es una habilidad que tenemos. Solo debemos practicarla. 

¿Y con los pájaros qué compartimos?

Otro de esos sentidos que tiene el ser humano y que solo se atribuían a otros animales es el del tacto remoto. Este mismo año se observó que los humanos compartimos con las aves la capacidad para detectar a través del tacto objetos que en realidad no estamos tocando. Es algo muy usual en aves marinas, que detectan presas enterradas en la arena simplemente palpando con el pico, aunque haya una buena cantidad de arena entre el gusanito en cuestión y el pico. En el estudio que se publicó este año se comprobó que los humanos también podemos hacerlo y que, de hecho, somos más capaces de lograrlo que un robot entrenado. Es algo intrínseco a nuestra especie que ni siquiera necesita entrenarse.

También hay sentidos que podrían pertenecernos, pero que aún no se han demostrado

Otro posible sentido del ser humano que se ha comentado mucho este 2025 es el sentido neurobiótico. Sería un sentido que nos permitiría detectar patrones microbianos a través del cerebro.

Por ejemplo, se sabe que algunas de las bacterias que viven en nuestro sistema digestivo se desplazan a través de unos apéndices conocidos como flagelos. A su vez, para moverse estos necesitan una proteína llamada flagelina. 

En estudios con ratones, se ha visto que, cuando hay comida cerca, las bacterias del intestino se desplazan hacia ella, liberando flagelina en el proceso. A su vez, esta flagelina es detectada por unas células sensoriales llamadas neurópodos, que se encargan de enviar al cerebro una señal para que suprima el apetito. Ya hay suficiente comida en el intestino, no es necesario comer más.

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Una detección inconsciente de los movimientos de las bacterias intestinales nos podría ayudar a controlar el hambre. Crédito: Artem Labunsky (Unsplash)

Todo este proceso de los neurópodos y la flagelina está mediado por un receptor llamado TLR5. Por eso, unos científicos probaron a ver qué ocurría si se inhibía su función. Al hacerlo y darle a los ratones una pequeña dosis de comida y flagelina, seguían comiendo más y más. No se sentían saciados y, como es lógico, engordaban mucho en el proceso.

Se cree que esta interconexión entre el cerebro y el movimiento de las bacterias intestinales podría ser un sexto, séptimo-o como queramos cuantificarlo- sentido también en humanos, aunque de momento no se ha comprobado si es extrapolable a nuestra especie. 

No podemos ver los sentidos que tiene el ser humano como algo individual

A la hora de establecer cuántos sentidos tiene el ser humano debemos recordar que no son cualidades individuales. Por lo general, trabajan en conjunto. La capacidad de saborear un alimento, por ejemplo, no depende solo del sentido del gusto. El olfato e incluso el tacto  nos dan más información sobre ese alimento que estamos paladeando.

Por eso es posible que sea aún más difícil calcular cuántos sentidos tiene el ser humano. Porque a veces nos afanamos en buscarlos de uno en uno sin recordar que suelen agruparse entre ellos para dar lugar a un todo. Teniendo esto en cuenta, puede que sean 33 o puede que no, pero parece que lo de que son solo 5 sentidos está cada vez más obsoleto. Más trabajo para los deberes del cole de los niños del futuro.

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Esta información pertenece a su autor original y fue recopilada del sitio https://hipertextual.com/ciencia/cuantos-sentidos-tiene-el-ser-humano-33/

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