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Cantamos todos los días a nuestra gente, a los que no tienen oportunidades: Luis Hernández

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Cantamos todos los días a nuestra gente, a los que no tienen oportunidades: Luis Hernández

▲ Imágenes de los conciertos en vivo de Los Tigres en Denver, Colorado, y en Austin, Texas.Foto tomadas del Facebook del grupo

Hernán Muleiro

Especial para La Jornada

Periódico La Jornada
Miércoles 24 de abril de 2024, p. 7

Luis Hernández es el más joven de Los Tigres del Norte; era un niño cuando sus hermanos lanzaron su álbum En la plaza Garibaldi (1980, discos Golondrina). Sin embargo, a lo largo de la entrevista, el bajo sexto muestra una comprensión vasta de los muchos y diversos elementos que componen al grupo.

Comparte: ¿Desde Garibaldi? No hombre, imagínate, es la cuna de nuestro folclor, cuando hablas de México y de su música tienes que ir a Garibaldi, a ver toda esa algarabía que hay ahí, lo tienes que ver, escuchar y sentir; está en el corazón de nuestra República. Es mucho más conocido por el mariachi, pero ahora hay muchos grupos norteños que también cantan nuestra música. Nos hemos dado cuenta a través de los años que el folclor no es sólo el mariachi, sino la música norteña regional mexicana que ha trascendido a muchos países a través de artistas como nosotros, que la hemos llevado lo más lejos posible.

Crudeza de ciertas vivencias

Lo más extraño y valioso que tienen Los Tigres del Norte es su forma de contar y lo que cuentan, ese mundo donde el bien no siempre triunfa, narrado sin ahondar en asuntos mórbidos, pero sin escatimar la gravedad cruda de ciertas vivencias. En 2024 continúan grabando historias que van recolectando en los caminos. Después del covid ya no tenemos tanto la posibilidad de convivir con la gente en conciertos. Antes, cuando trabajábamos en los bailes, teníamos un receso para platicar con el público, con él nos retroalimentábamos. Uno cree que sabe lo que sucede, pero se anda tan a prisa y el público nos da la información de lo que ocurre y de sus historias, como lo que pasan para llegar a Estados Unidos, o en México, lo que se vive ahí afuera todos los días, en una sociedad que está luchando por ser escuchada, resalta.

El otro día una persona me contó que se vino acá y mandaba dinero a su familia en México para hacer una casa, y resulta que su esposa estaba viviendo con un pariente. Me dijo que quería que le escribiéramos un tema porque es algo que le sucede a muchos. Así es como uno se mantiene al tanto de lo que quiere la gente, porque piden tratar ciertos temas en las canciones.

Los Tigres hicieron campaña por Hillary Clinton, aun así hubo un buen de porcentaje de votantes latinos que apoyaron a Donald Trump. ¿Cómo se explica el voto latino por el expresidente, teniendo en cuenta su recurrente falta de respeto a los migrantes?

–Es muy difícil; al estar tantos años acá nos sentimos más adaptados, pero los que vamos llegando estamos acostumbrados a hacer cosas como las que realizamos en nuestro país de origen. Los que apoyan al otro lado tienen una versión distinta a la nuestra. Nosotros levantamos la mano por los latinos y queremos un gobierno progresista y demócrata que nos ayude porque, a fin de cuentas, sí somos la mano de obra de este país y aportamos mucho, eso no lo van a poder negar nunca. En ese afán de adaptarnos, cometemos errores muy simples, que llevan a que algunas personas nos vean diferente. Buscamos encontrarnos con lo que fuimos y queremos ser. Nosotros le cantamos todos los días a nuestra gente y a los que no tienen oportunidades, también a los que viven en un mundo más cuadrado, en el que vas del trabajo a tu casa.

–El conflicto migrante entre aquellos que ya se han establecido y los recién llegados excede en el tiempo a las últimas elecciónes presidenciales yanquis.

–Siempre ha existido, al ver nuestras diferencias vienen esos reclamos como sociedad; es un conflicto que tenemos como migrantes. Luego viene la segunda generación, los hijos que ya nacieron acá y son criticados porque no hablan bien el español y ellos nos critican porque no hablamos bien el inglés. Es una situación sumamente difícil y los que ya están adaptados ven mal a los que quieren progresar, es algo que hemos tratado de razonar de mil maneras y la siguiente es la única respuesta que puedo dar: si no nos ponemos de acuerdo sobre quién nos puede gobernar en nuestro país de origen, imagínate con la mezcla de culturas en Estados Unidos, qué difícil es que todos estemos de acuerdo.

Folsom, población mexicana

Hello, I am Johnny Cash. La introducción corresponde a uno de los discos en vivo más reconocidos, Live at Folsom Prision (1968). Esas palabras iniciales del músico no tienen una inflexión emotiva ni un discurso específico, pero son legendarias, tal vez por la manera parca en que el hombre de negro se presentó a sí mismo, contrastada por el rugido de la población carcelaria convertida en audiencia. Esa forma de contar es la misma que la de Los Tigres, por lo que no sorprende que hayan sido convocados por la familia Cash para el 50 aniversario de ese concierto, realizado en una cárcel con gran cantidad de población latina.

Hernández cuenta: fue totalmente premeditado, pero primero que nada fue el llamado de la familia Cash que nos contactó a 50 años de su espectáculo en la prisión. Empezamos a notar que en Estados Unidos la población carcelaria tiene un altísimo porcentaje de latinos y mexicanos. Los permisos para tocar en Folsom fueron gestionados tres años antes del aniversario y nosotros no queríamos estar ahí sólo para tocar, deseábamos que esto se viera desde fuera, porque es una comunidad que vive en las sombras, completamente olvidada. No sólo fuimos a cantar, sino también a ver que hay ahí adentro y nos dimos cuenta de que es una comunidad sensible, porque todo el que quiera llevar una vida mejor dentro Folsom tiene que prepararse. Las historias son increíbles, de superación, de esperanza. Esa prisión hace pensar que todos merecemos una segunda oportunidad. Es impresionante la sensación de estar tocando con alguien que no va a salir de ahí.

El documental, editado posteriormente, sirvió para contactar a familiares de presos en Folsom, de los cuales en México desconocían desde hace años el paradero de sus parientes en Estados Unidos.

Sería fácil conectar a Los Tigres del Norte con músicos nuevos que tratan temáticas parecidas con otros ritmos, aunque ellos tienen sus reservas a la hora de la comparación, acaso producto de una formalidad un tanto estricta.

Ahora hay más apertura, y qué bueno que tengan esa oportunidad. Hoy, a través de un teléfono, tu música puede estar en muchos lugares. A nosotros nos tocó ir de estación de radio en estación de radio y de ciudad en ciudad. Llegar antes de los conciertos para promoverlos, ahora a través de una videollamada puedes estar ahí. Más allá de las ventas, el gran valor de la nuevas generaciones es cómo fusionaron los ritmos. Cada quien posee un estilo y su forma de cantar junto con otros intérpretes es lo que más rescato. Tienen un gran valor y van a seguir creciendo. Vivimos en una sociedad más relajada: te ves muy bien saliendo a cantar con una gorra, unos shorts y unos calcetines hasta arriba, cuando antes eras criticado, pero si de veras quieres trascender tienes que sumar algo a la sociedad. Sin presunción, creo que nos hemos dedicado a eso, nunca hemos querido imitar a nuestros personajes, nunca hemos querido ser ellos, concluye.

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