El rol protagónico de China en la industria de los coches eléctricos es innegable. No solo porque son cada vez más las marcas que lanzan nuevos modelos a precios muy competitivos, sino también porque no son pocas las automotrices occidentales que dependen de las líneas de producción del gigante asiático para desarrollar este tipo de vehículos.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha endurecido la postura de EE. UU. y los países europeos contra los coches eléctricos provenientes de China, en medio de acusaciones de competencia desleal.
En mayo de 2023, Francia lanzó los primeros dardos con un proyecto de ley para desincentivar la venta de automóviles fabricados fuera de Europa. El mes pasado, en tanto, se conoció que la Casa Blanca planeaba subir los aranceles a los coches eléctricos chinos del 25 al 100 %. Y la Comisión Europea no se quedó atrás y ya anunció que llevará las tarifas del 10 % actual hasta un máximo del 38,1 %.
Que China subsidia a su industria de coches eléctricos, no es novedad. Algo que no se limita a la producción de los vehículos en sí mismos, sino también de sus principales componentes (las baterías, por ejemplo). Y esto se extiende al desarrollo y despliegue de infraestructuras, las exenciones impositivas, las adquisiciones gubernamentales y las políticas de reembolsos a compradores, entre un largo listado de etcéteras.
¿Pero cuánto ha pagado China para ser líder en coches eléctricos? Un reciente reporte del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) ayuda a echar luz a este asunto. Como seguramente ya te imaginas, la cifra es bestial. Aunque lo más probable es que no pinte una imagen completa de la situación.
Lo que China ha destinado para subsidiar la industria de los coches eléctricos
De acuerdo con un seguimiento del CSIS que abarca el período 2009-2023, China ha destinado al menos 230.800 millones de dólares en ayudas gubernamentales a su industria de coches eléctricos. Y decimos “al menos”, porque el propio organismo reconoce que la cifra seguramente sea más abultada si se ponen en consideración las subvenciones implementadas por gobiernos locales o regionales. Ya sea en forma de programas específicos, el acceso a créditos a tasas bajas o la disponibilidad de tierras y electricidad baratas.
Un ejemplo interesante en tal sentido es el de la porción de las ayudas para los reembolsos a los compradores. El gobierno central de China eliminó dicha ayuda en 2023, pero aún existen programas similares impulsados a nivel local en ciudades como Shanghái o Shenzhen.
El CSIS indica que China destinó unos 45.200 millones de dólares para subvencionar su industria de coches eléctricos solo en 2023. Esto marcó una leve disminución en comparación con 2022 ($45.800 millones), pero un claro incremento en comparación con los años previos. En 2020 habían sido 16.800 millones de dólares y en 2021 unos $30.100 millones, dice el reporte.
¿Dónde impactan las ayudas gubernamentales del gigante asiático? Históricamente, la arista más importante ha sido la de la exención del impuesto del 10 % sobre las ventas. De los 230.800 millones de dólares calculados por el CSIS en materia de gastos de política industrial entre 2009 y 2023, $117.600 millones corresponden a dicho beneficio.
En segundo lugar quedaron los reembolsos a compradores, que dejaron de ser parte de la política del gobierno central en 2023. Le siguieron los apoyos a la investigación y desarrollo, las compras de coches eléctricos para su uso por parte del gobierno de China y los subsidios a la infraestructura, con el despliegue de estaciones de recarga a la cabeza.
El impacto de casi 15 años de ayudas
Si bien China destinó al menos 45.200 millones de dólares solo en 2023 para subvencionar la industria de los coches eléctricos, se observa un dato llamativo: han caído el monto subsidiado por vehículo y el gasto como porcentaje de las ventas totales.
Entre 2009 y 2017, las ayudas de las autoridades chinas representaban un 42,4 % de las ventas totales de coches eléctricos. Ese porcentaje ha bajado notoriamente en los últimos años, quedando en un 11,4 % en 2023 y en un 18,8 % en el promedio de los casi 15 años abarcados por el estudio.
El subsidio por cada coche eléctrico producido en China quedó el último año en 4.588 dólares, contra los 13.860 dólares de 2018. Desde el CSIS consideran que es muy evidente que las ayudas otorgadas durante casi una década y media han provocado un cambio crucial en el escenario. El gigante asiático hoy dispone de una capacidad de desarrollo y producción de coches eléctricos y baterías mucho mayor a la que necesita para abastecer al mercado doméstico, y eso hace prácticamente imposible que otros países puedan competirle de tú a tú.
Más de $200.000 millones para subvencionar los coches eléctricos de China
El reporte indica que China hoy tiene unos 200 fabricantes de coches eléctricos. Esto ha llevado al incremento de los automóviles en inventario y a una guerra de precios para tratar de ganar cuota de mercado. Mientras que en lo que respecta exclusivamente a las baterías, el caso es bastante elocuente. En 2023, este país usó menos del 40 % de su producción máxima de celdas; mientras que la capacidad de fabricación instalada de material activo de cátodos y ánodos fue 4 y 9 veces mayor, respectivamente, a la demanda global de celdas para coches eléctricos.
Pero esto no es todo. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales afirma que apenas un puñado de empresas chinas del sector de los coches eléctricos son rentables. Por ende, las subvenciones son una pieza clave para mantenerse en funcionamiento. Lo curioso es que el organismo no cree que sostener las ayudas por tiempo indefinido sea parte de un plan de dominio global de mercado. Por el contrario, consideran que esto es un “subproducto de la política industrial ineficiente” del gigante asiático. Lo más probable es que, al menos dentro de esta industria, en Occidente no muchos piensen lo mismo.
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