Después de las dos primeras continuaciones del Universo Cinematográfico de Marvel como miniseries de televisión de Disney Plus que hicieron correr jugosos y delirantes ríos de tinta, WandaVision y Falcon y el Soldado de Invierno, creadas por los estadounidenses Jac Schaeffer y Malcolm Spellman, nos llega la de su compatriota Michael Waldron: Loki (2021), tal vez con la promesa de hacer saltar la banca.
Lo sorprendente, en principio, lo encontramos en que le encargasen este proyecto sin un currículum de gran experiencia: antes, solo había escrito el episodio “The Old Man and the Seat” (4×02) de Rick y Morty (Dan Harmon y Justin Roiland, desde 2013), y ahora tiene pendiente de estreno la serie Heels (desde 2021) y Doctor Strange 2: El multiverso de la locura (Sam Raimi, 2022), de la que también firma el guion junto con Jade Halley Bartlett.
Caso distinto, aunque tampoco por goleada, es el de la directora Kate Herron; su aportación más relevante está en cuatro capítulos de Sex Education (Laurie Nunn, desde 2019). Sea como fuere, con el foco en el personaje protagonista interpretado de nuevo por Tom Hiddleston (Midnight in Paris), aquí se explota el tono de cómico surrealismo cafre que nos hizo despepitarnos con el mejor chiste de Los Vengadores (Joss Whedon, 2012) y en el que está involucrado el propio Loki.
Fue tal su huella en los seguidores del Universo Cinematográfico de Marvel que, además del GIF correspondiente, hay un guiño muy gracioso al mismo en Thor: Ragnarok (Taika Waititi, 2017). Sin olvidar su contribución menor a la sátira burocrática, de la que Astérix y las doce pruebas (René Goscinny, Albert Uderzo y Pierre Watrin, 1976) y Beetlejuice (Tim Burton, 1988) son grandes hitos.
Profundizando en la ambigüedad de Loki
La decisión de comenzar con la secuencia de la película Avengers: Endgame (Joe y Anthony Russo, 2019), montada de nuevo para una mayor agilidad, en la que se origina la historia de Loki no carece de lógica pero puede resultar cuestionable. Han perdido la ocasión de ofrecernos unas primeras imágenes de veras contundentes.
Por fortuna, no se trata en absoluto del prólogo completo; en una serie interesante, no solo porque la protagonice unos de los villanos más carismáticos y explique un cabo suelto de la mencionada película; también porque su materia son los viajes en el tiempo, y los viajes en el tiempo bien llevados molan un montón. Pese a que nos recuerde más a Legends of Tomorrow (Greg Berlanti, Marc Guggenheim y Phil Klemmer, desde 2016) que a Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985) o Predestination (Michael y Peter Spierig, 2014).
En Loki, de Marvel Studios, el voluble villano Loki (Tom Hiddleston) retoma su papel de Dios del Engaño en una nueva serie que tiene lugar tras los acontecimientos de Vengadores: Endgame. Kate Herron la dirige y Michael Waldron es el guionista principal.
En Loki, por otra parte, tienen la oportunidad agradecida de ahondar en las motivaciones del dios del engaño y las travesuras, algo imprescindible por la manifiesta ambigüedad que ha demostrado en casi todas sus apariciones hasta el momento cumbre de sus insistentes volantazos en este sentido durante la primera secuencia de Avengers: Endgame.
Subiéndose a la chepa del pasado épico de Marvel
Tom Hiddleston se halla adecuadamente acompañado por Owen Wilson (El Gran Hotel Budapest), al que vemos en su salsa como el agente Mobius M. Mobius, Gugu Mbatha-Raw (La verdad duele) en la piel de la jueza Ravonna Lexus Renslayer o Wunmi Mosaku (Territorio Lovecraft) interpretando a Hunter B-15. Y Eugene Cordero (Kong: La Isla Calavera) encarna a Casey, un tipo cercano al Norm de Asif Ali en WandaVision. Y la banda sonora de Natalie Holt (Knightfall) tiene cierto toque alucinatorio que le sienta muy bien.
Pero lo fundamental de Loki es su trama indeclinable en la que superamos por fin el tope en magnitud de la Saga del Infinito; y Michael Waldron lo consigue del único modo en que podría hacerlo sin perder la dignidad narrativa esforzándose en vano. Se sube a la chepa del pasado épico de estos superhéroes; con un contrapunto brutal y una perspectiva que cambia las dimensiones de sus aventuras y su destino.
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Y, cuando todo aparentaba obviedad en “Glorious Purpose” (1×01), un capítulo correcto de presentación en el que el ritmo no es apabullante. El único misterio accesorio que se había planteado se convierte en algo verdaderamente atractivo con unas posibilidades enrevesadas. Más a lo Lost (J. J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber, 2004-2010) que a lo Dark (Baran bo Odar y Jantje Friese, 2017-2020), y nuestro deseo es que las aprovechen sin cortapisas en Disney Plus.
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