#Colaboración #Columna #Libro Con El soldado de porcelana, Mathias Malzieu le ha escrito una carta de amor a su padre, quien siendo un niño, vivió en carne propia el episodio que se nos narra en la obra.
Marilú López Baca*
Mainou tiene 9 años, vive en Francia en 1944, exactamente durante la Segunda Guerra Mundial. Ha quedado huérfano luego de que su mamá muriera, tras dar a luz a su hermana más pequeña, quien también ha fallecido.
Su padre es un soldado que debe ir a la guerra, por lo que Mainou deberá irse a vivir a la ciudad de Lorena, ubicada al norte de Francia, con su abuela materna, su tía Louise y su tío Emile.
Transportar al niño en época de guerra no será tarea fácil. Con el apoyo de una prima de su padre, esconderán al niño entre la paja de una carreta para así poder llegar a la frontera.
Después de algunas peripecias, que conoceremos en el desarrollo de la historia, Mainou ha llegado a la casa de su abuela, donde tendrá que cumplir reglas estrictas para poder sobrevivir y estar entrenado, por si en algún momento tiene contacto con los alemanes nazis que visitan la tienda de la familia.
La vida de Mainou cobra otra dinámica: tendrá que convivir con personas que apenas conoce, será instruido por la tía Louise, quien le dará clases por las mañanas; tendrá prohibido salir al bosque. Habrá de correr al refugio antiaéreo cada que escuche el paso de los aviones, y compartirá su habitación con Marlene Dietrich, una cigüeña que le acompañará en el transcurrir de los días.
En la casa, hay un sitio que Mainou no puede visitar por órdenes de su abuela: el desván.
Una noche, cuando todos ya se han dormido, Mainou decide ir a ese lugar prohibido, donde descubrirá a alguien que cambiará su vida.
“El soldado de porcelana” de Mathías Malzieu es esta novela que, de acuerdo con los críticos, ha cautivado a los lectores franceses y al mundo literario de su país.
El duelo, la soledad, la guerra, el miedo a los bombardeos, la incertidumbre y las preguntas sin respuesta que se hace el niño, son los componentes de esta historia de 218 páginas que nos llevará, poco a poco, a adentrarnos en la vida de Mainou, en la de su familia y a abrigar con él, la esperanza de poder reencontrarse con su padre.
Mathías Malzieu escribió esta novela como un homenaje a la vida de su padre, quien siendo un niño, vivió en carne propia el episodio que se nos narra en la obra.
Creo que se trata de un gran libro, que vale la pena leer en cualquier tiempo, pero que hoy cobra especial actualidad cuando miles de niños en el mundo vuelven a ser víctimas inocentes de distintos conflictos bélicos.
*Licenciada en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad Veracruzana. Profesora de lectura de la Escuela Hispano Mexicana. marilulopezbaca@gmail.com
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