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En el Foro Lucerna, obra que aborda el machismo, el estupro y la impunidad

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▲ La dramaturgia de Paula Vogel, ganadora del Pulitzer, se estrenó el viernes pasado.Foto María Luisa Severiano

Ana Mónica Rodríguez

 

Periódico La Jornada
Domingo 30 de junio de 2024, p. 6

Una mujer devela su pasado al describir sucesos de la década de los 60, cuando un secreto familiar relacionado con abuso sexual plantea un paralelismo inteligente y doloroso entre aprender a conducir y tomar las riendas de la vida.

En la obra Cómo aprendí a manejar, de la dramaturga estadunidense Paula Vogel –ganadora del premio Pulitzer de Teatro 1998–, dirigida y traducida por Angélica Rogel, se desarrolla una historia entre canciones, bromas y una mirada a la vida en familia que aborda la pederastia, el estupro, el machismo y la impunidad. Se estrenó el viernes pasado en el Foro Lucerna con las actuaciones de Cassandra Ciangherotti, Juan Carlos Remolina, Pablo Perroni, Mahalat Sánchez y Vaita Sosa.

Ciangherotti, quien interpreta a Cosi, una joven que cae en manos de un tío abusador y manipulador, cuenta su historia a partir de 1969 a la audiencia. Soy muy cínica con respecto de lo que pasa en el mundo; en pocas palabras, soy una adolescente de 17 años sentada en un estacionamiento oscuro junto a un hombre casado, en una noche cálida de verano.

Angélica Rogel dijo a La Jornada: Al comenzar muestra a la protagonista diciendo que nos va a contar un secreto y a compartir una lección. Surge una analogía entre su vida y el hecho de aprender a manejar; el mismo tío que le enseñó muchas cosas, entre ellas a llevar el volante, fue la misma persona que abusó de ella cuando era pequeña.

Este texto es muy inteligente, agregó, porque ayuda a encontrar los círculos que rodean estas situaciones, ya sean familiares, sociales y escolares. Es decir, se pone énfasis en quienes de alguna manera se dan cuenta de que algo no está bien con una infancia y, sin embargo, perpetuan ese tipo de conductas.

Incluso, “se plantea cómo se eternizan las educaciones; por ejemplo a Cosita le dicen qué no pueden hacer las mujeres y cómo se delimita lo masculino de lo femenino”.

Al final, puntualizó, la reflexión versa en aprender a avanzar; en cómo se aprende a manejar y hacer lo mismo con la vida. De esas huellas que se quedaron desde la infancia, está en nuestras manos soltarlas, perdonarnos (porque éramos niñas) y seguir adelante.

Asunto pendiente

A su vez, Pablo Perroni explicó: Desafortunadamente, sobre estos temas no nos hemos movido mucho. Esta obra se escribió hace más de 20 años y sigue siendo un tema a visibilizar en el país. Me parece oportuno hablar de estos problemas y la manera cómo lo expone Vogel, en un viaje al pasado, es un tema bello, pero muy duro y desgarrador. Además, tiene muchos matices, humor, y así como recuerdos; no todo es terrible. En este montaje de claroscuros el público se puede divertir, pero también reflexionar y conmoverse.

Con esta trama, dijo, se observa que todo comienza en la familia, que si algo no está bien, lo más seguro es que una persona no crezca con suficiente apoyo para defenderse en la vida. Lo que se plantea es que en el primer círculo es donde casi siempre surge el problema.

Los actores, agregó Perroni, también tienen una directora vocal “para que cantemos pequeños fragmentos a diferentes voces y armonías, sobre todo en las transiciones de cada escena, con música de esa época que te regresa al pasado. De eso se trata, de recrear la memoria de Cosi, de su infancia y adolescencia”.

A su vez, Mahalat Sánchez comentó: “En Maryland, Cosi retrocede en el tiempo haciendo un paralelismo con lo vivido en familia y con las reglas para aprender a manejar. La idea es poner reversa e ir hacia atrás y curar esa herida de infancia, pero llegando a su centro”.

Agregó que la relación familiar se ambienta en un entorno dicharachero, que normaliza ciertas violencias y la impunidad tras el abuso.

Además, en el texto “existe una indicación llamada coro griego, que somos tres personas, una jovencita y dos adultos; hacemos varios personajes, es decir, somos acompañantes o ayudantes de Cosi para que cuente su historia. En mi caso, interpreto a la mamá Lucy y a la tía Mary, así como otros papeles que son más incidentales, como el de una chica de secundaria”.

Cómo aprendí a manejar, producida por Óscar Uriel y Woo Films, permanecerá hasta el 18 de agosto en el Foro Lucerna (Lucerna 64 esquina Milán, colonia Juárez). Funciones, viernes 20:30 horas, sábados 19 y domingos 18 horas.

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