Espaa – Georgia: un derbi ibrico y el prncipe piloto que une a los dos pases

Cada vez que hay algn encuentro deportivo entre Espaa y Georgia, como el de este domingo en la Eurocopa, no suele faltar en redes sociales algn comentario, que normalmente pasa desapercibido, que habla de que tal choque es un ‘derby ibrico’, lo que tambin alcanza evidentemente a Portugal. Puede parecer una broma dado que la Pennsula Ibrica y Georgia se encuentran en extremos opuestos de Europa y la expresin ‘derby’ implica rivalidad derivada del contacto, o al menos proximidad. Pero es totalmente cierto que los encuentros entre equipos de la Pennsula Ibrica y Georgia son un ‘derby ibrico’ Por qu? Porque en Europa existen dos Iberias. Una de ellas es la Pennsula que conocemos y en la que estn Espaa y Portugal (y Andorra, en sus lmites). Y la otra est en el Cucaso, en el extremo suroriental de Europa. Y all es donde est Georgia.

Tal definicin de Iberia es hoy, cosa de eruditos y personas un tanto pedantes, como el autor de este artculo. Pero es antigua, documentada, e incluso se han aventurado relaciones primigenias entre una y otra Iberia: se han encontrado semejanzas entre la antigua lengua de los iberos -lo que se ha logrado descifrar-, una lengua que tambin podra estar asociada al euskera. Los historiadores y gegrafos griegos y romanos llamaban a esas regiones caucsicas la Iberia Oriental, mientras que la pennsula Ibrica era Iberia Occidental y no dejaban de notar las semejanzas entre los idiomas de unos ‘iberos’ y otros.

Esta relacin se mantuvo toda la antigedad. El erudito judeoromano Flavio Josefo, por ejemplo, sealaba la tradicin segn la cual Tbal, nieto de No, era antecesor de los Iberos Occidentales (nosotros). Una leyenda vasca afirma que Aitor, patriarca del pueblo vasco, era sobrino de Tubal. La tradicin georgiana afirma que Tbal fue, tambin, fundador de su pueblo, y que tras haber cumplido con su deber se traslad a la Iberia Occidental para hacer lo mismo.

Los devenires de la historia convirtieron el Cucaso en zona de friccin entre los imperialismos ruso y turco. Los georgianos, que se haban consolidado como pueblo lidiando ya con la presin romana y persa, mantuvieron durante la Edad Media esta condicin ‘ibrica’ como parte de su identidad nacional -ya que los haca ms ‘antiguos’ que los rusos y los turcos- e incluso se conservan documentos en los que la nobleza local hablaba de contactar con los Iberos del Oeste. Por mil razones esto nunca se llev a cabo y, como decimos, ese ‘iberismo’ compartido y existente qued como cosa de eruditos.

Georgia mantuvo, ms o menos, su independencia hasta el ao 1800. Pas entonces a formar parte del imperio zarista y su familia real, los Bagrationi, de la nobleza imperial. Tras la Revolucin de 1917 y posterior guerra civil, sus monarcas se convirtieron en otra ms de las familias reales errantes por Europa. Una parte se estableci en Italia y en 1942 se proclamaron aspirantes a recuperar trono georgiano, para lo que haca falta un cierto valor, dado que Georgia formaba parte de la Unin Sovitica y en ella mandaba el georgiano Iosif Vissiarionovich Dugashvili, ms conocido como Stalin y de cuyos hechos existe amplia informacin. Esa reclamacin, una vez resuelta la batalla de Stalingrado, se revel como totalmente intrascendente.

En 1944 la familia Bagrationi, que por cierto se proclamaba la dinasta ms antigua de Europa, se traslad de Italia a Espaa. Con ellos iba el pequeo Jorge, nacido en Roma en un triste parto en el que falleci su madre. Aqu su padre se cas con una miembro de la familia Borbn, con lo que Jorge pas a emparentar con el entonces infante, luego prncipe y finalmente rey Juan Carlos de Borbn. Y este Jorge, que evidentemente tena nacionalidad espaola, es el prncipe que constituye el nexo de unin deportivo entre ambos pases.

Jorge de Bagration debut en competiciones de motos a los 15 aos, corriendo en muchas ocasiones con artefactos de su invencin, que creaba combinando chasis y motores. Pas despus a competir despus en carreras automovilistas de montaa y en rallys consiguiendo un amplio palmars con vehculos ‘de calle’ en sus versiones deportivas: Fiat 850 Abarth, Renault Alpine, Mini Cooper, R8 Gordini y otros. Pas despus a correr pruebas de resistencia y velocidad, form escudera con el apoyo de otro histrico, Alex Soler-Roig y la compaa nacional de Hidrocarburos CS e intent dos veces el asalto a la Frmula 1 en aquellos tiempos en que an se admitan equipos privados: en 1968 se rechaz su inscripcin y 1974 no pudo correr por una de esas ‘cosas de Espaa’.

Aquel ao 1974 el Circuito del Jarama iba a acoger el Gran Premio de Espaa. Jorge de Bagration haba alquilado un Surtees TS 16 y conseguido, trabajosamente, suficientes apoyos econmicos. As, se acept su inscripcin. Tras ello El Corte Ingls, uno de los sponsors, cambi de idea y se retir sin embargo y de acuerdo la normativa la lista era inamovible, pero…

Pero una semana antes de la disputa de la carrera se convocaron elecciones a la Federacin Espaola de automovilismo que, por entonces, organizaba la carrera. El presidente que ocupaba el cargo, Jos Mara Padierna, perdi la votacin… y se llev con l todos sus papeles. Entre ellos la lista de inscritos para el GP de Espaa. Al tener que rehacerse, Bagration no pudo presentar financiacin suficiente y su inscripcin fue rechazada con lo que qued como ‘no presentado’. No se han dado muchos casos en la historia de la F1. An de aquella en la que un piloto como Slim Borgudd, batera del grupo ABBA, poda participar patrocinador por el propio grupo y Emilio de Villota, contemporneo de Jorge de Bagration, iba reuniendo sponsors uno a uno.

Jorge de Bagration sigui corriendo rallys. En 1979 y 1981 logr sus ltimos ttulos nacionales de rallyes y en 1982 se despidi del deporte del motor ganando el Nacional de Velocidad. Tras la cada de la URSS Jorge intent recuperar el trono georgiano sin xito. Falleci en Georgia, en 2008.

Los contactos deportivos entre Espaa y Georgia, derbis ibricos de pleno derecho, no son demasiados. S se dan con ms frecuencia en el rugby, donde ambos equipos forman parte del Tier 2 masculino y disputan el Campeonato de Europa, lo que asegura un partido al ao. Y en ese partido se pone simblicamente en juego… el Trofeo de las Dos Iberias.