Las plataformas de monitoreo satelital detectaron desde hace días una “anomalía térmica” en el volcán Nevado del Ruiz, ubicado en el departamento de Tolima, en el centro de Colombia. El pasado lunes (04.12.2023) las mediciones marcaron un récord desde 2007, según el Servicio Geológico Colombiano (SGC). Estos cambios en el volcán, con 5.321 metros de altura, trajeron a la mente de muchos colombianos la tragedia natural ocurrida en 1985.
“En este último mes ha estado aumentando la actividad del volcán, mostrando un incremento particularmente en las anomalías térmicas; es decir, el aumento de la temperatura en el fondo del cráter. Esto tiene que ser tomado con mucho cuidado porque es difícil determinar el momento en el que pueda ocurrir una fuerte erupción del Nevado del Ruiz, que experimenta erupciones pequeñas desde hace diez años”, explica en entrevista con DW el director de Geoamenazas del SGC, John Makario Londoño.
A pesar de que el volcán se encuentra en este momento en alerta amarilla, agrega Londoño, le están poniendo mayor cuidado al monitoreo las 24 horas del día, porque dichos cambios podrían desestabilizarse rápidamente, haciendo que la alerta cambie, llegando incluso a la roja. El SGC informó que los valores más altos en las anomalías térmicas se observaron en 2015, en 2017 y en abril de este año.
La tragedia natural de 1985
Por su parte, Cristian Farías, geofísico de la Universidad de Bonn y docente de la Universidad Católica de Temuco, en Chile, comenta que la alerta del SGC ha hecho que también la población ponga más atención en el tema: “Esto se debe a que el Nevado del Ruiz tiene una carga bastante grande con lo ocurrido en Armero en 1985, donde, justamente por no tener una red de monitoreo adecuada para el volcán, la mayoría de su población terminó muriendo tras un aluvión volcánico”.
Una erupción y el deshielo de glaciares del Nevado del Ruiz provocó el 13 de noviembre de 1985 la peor tragedia natural en la historia del país sudamericano: la avalancha hizo casi desaparecer a la población de Armero, en Tolima, donde murieron 23.000 de sus 25.000 habitantes.
Medidas adoptadas
Desde entonces, Colombia implementó un observatorio volcanológico para monitorear las 24 horas del día lo que ocurre con sus volcanes, estableciendo niveles de alerta de manera adecuada, recuerda el experto Farías. Y actualmente, Colombia, además de Chile, es uno de los países de la región que más monitorea sus volcanes.
Colombia cuenta ahora con un Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres, conformado por distintas entidades que trabajan en el conocimiento, el manejo y la atención de catástrofes. Según Londoño, el director de Geoamenazas del SGC, tras la última alerta en el Nevado del Ruiz se reactivó nuevamente ese sistema de emergencia, que estuvo por mucho tiempo “tranquilo”: “Ahora todas las entidades que tienen que ver con gestión de riesgos y desastres están preparándose y están atentas a cualquier cambio en la evolución del volcán”.
En caso de una erupción de mayor proporción, el protocolo, en resumen, es que cada municipio active su plan de emergencia y las rutas de evacuación rápida para las personas en zona de amenaza alta y media. “Hay sistemas de alerta temprana que se activan, como bocinas. La gente ya tiene que conocer las rutas de evacuación y tratar de ubicarse, trasladando también a animales de las fincas que hay alrededor del volcán, así como tienen que conocer los sitios donde se podrán refugiar las personas”, señala Londoño.
Si bien unas 60.000 personas se verían principalmente afectadas en la zona, serían muchos más los afectados de forma indirecta en los departamentos de Caldas y Tolima. “La zona alrededor del volcán ha sido destruida tres veces por grandes erupciones en los últimos 400 años. Definitivamente es un lugar que no se puede poblar porque alberga un peligro inminente. Uno no puede ir contra la naturaleza”, puntualiza Londoño.
“El desastre no es natural, nace de las malas decisiones”
Sin embargo, todavía hay otros aspectos por mejorar en el plan de emergencia colombiano. “En el SGC estamos esperando los recursos para mejorar las técnicas de monitoreo y muchos equipos que están obsoletos para el volcán Nevado del Ruiz. Podrían afinarse mucho más los sistemas de alerta temprana, mejorarse los refugios, o hacer mayores simulacros de evacuación para tener mejores herramientas y corregir errores que puedan surgir en una evacuación en tiempo real”, señala Londoño.
En ese sentido, el geofísico Farías, cree que es “muy importante entender que un desastre no es natural, sino que nace de las malas decisiones que podamos tomar como sociedad. Y ahí es donde tenemos que tener mucho cuidado, porque exponemos la vida de muchas personas.
Pero otra situación que le preocupa a Londoño es que en menos de un mes cambian todas las administraciones locales en su país. “Eso es una tragedia en Colombia, porque las administraciones salen y empiezan unas nuevas que no tienen idea de la gestión de riesgo. Hay una vulnerabilidad altísima en Colombia cuando se cambian las administraciones”, advierte el experto.
(cp)
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