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La mala educacin

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A estas alturas de la pelcula ms vale que no nos hagamos los sorprendidos porque una minora de imbciles quiera estropearnos las cosas que nos gustan en la vida. O al menos con las que podemos disfrutar a ratos. Hablamos del ftbol, pero hay otros muchos mbitos donde la mala educacin se ha colado hasta las entraas. Sin anestesia. Y sin que nadie le haya querido poner (ni quiere hacerlo ahora

) remedio. El ruido siempre tapa otras miserias o tropelas. Una mala educacin que no se circunscribe a los estadios de ftbol. Ojal slo estuviese ah. Desde nuestros polticos, a los colegios; desde la calle (el buenos das ya cotiza en bolsa) al evento ms elitista que quieran recordar; desde nuestras fiestas (vaya Semana Santa llevamos por Sevilla), a nuestros propios hogares.

Un disparate social del que todos somos responsables

(me niego a aceptar culpabilidad) y al que no encontramos solucin. Ya veremos si la suspensin de un partido en Primera RFEF sirve para algo. Querra ver lo mismo en Primera divisin.

Y no me refiero a lo sucedido en Getafe con Acua y Quique

. Quien lleva (en mi caso ms de 30 aos) yendo al ftbol un tiempo sabe que es incontrolable que alguna(as) persona se desahogue con el primero que pille. Ya sea el rbitro, el entrenador rival o un jugador de su propio equipo. Una tensin acumulada que se descarga en el insulto. Siempre. Oculta entre la masa. Y hablo de generaciones que creo que venan mejor enseadas de casa y menos acomodadas al dmelo todo ahora que pataleo si me lo niegas. A todo esto,

se me sigue haciendo bola que Vinicius sea el adalid del movimiento contra el racismo

. Me gusta la gente comprometida, pero que predique con el ejemplo. Es injustificable que quieran denigrarle por su color de piel, como tambin lo es que se pase los partidos llamando la atencin con gestos, risas y provocaciones. Para ser directos,

si fuese blanco escandinavo despertara la misma ojeriza en las aficiones rivales. No es el color el que incita a la violencia verbal contra l, sino su actitud

. La educacin debe ser birideccional. Y los profesionales de todos los mbitos, ms los que pasan por ser dolos de los jvenes, deben dar ejemplo.
Me quiero detener aqu en Quique. El entrenador del Sevilla. Y en el dolor real que le not en su comparecencia pblica tras el partido ante el Getafe y el escuchar la palabra “gitano” desde la grada. En este pas hace tiempo que hicimos odos sordos a este intento de insulto o menosprecio. Lo hemos, cmo decirlo, aceptado. Sin ms. De hecho, recuerdo pocos campos fuera de Sevilla en el que haya ido a cubrir un partido del equipo de Nervin donde no haya escuchado eso de

“sevillanos, yonkis y gitanos”

. La aficin sevillista incluso ha hecho suyo ese insulto y se lo toma casi como un grito de guerra.

Mecanismos de defensa ante el desprecio de otros puntos del pas hacia ese Sur siempre esquilmado y pocas veces defendido

, donde se creen que vivimos en la barra de un bar o encima de un tablao flamenco. Las cosas de esta Espaa de 2024 anclada en tpicos que ni siquiera las nuevas generaciones son capaces de desterrar. Me pareci perfecta la intervencin del entrenador del Sevilla, disculpando a la mayora de la aficin azulona (que ha sido la suya tantas veces), y llamando “aberrante” a que quieran insultarle por sus orgenes. Gitano o medio gitano (a mucha honra), como l mismo se defina. Aberrante, bochornoso, zafio…

Seguiremos chocando con la pared de la ignorancia y la mala educacin sin poner el nico remedio posible, que es elevar nuestro nivel educativo como pas. Es una guerra perdida. Lo s

.
Dejando a un lado este espinoso asunto como pas, regresemos un poco al ftbol de cada semana, c

on ese Sevilla donde parece que Quique ya sobra, sin recordar que coga a un cadver en la jornada 18 y lo tiene en la 30 a seis por encima del descenso

. Es decir, la tarea que le encomendaron la est sacando adelante. Sin alardes, pero tampoco pasando tantos apuros como esa sensacin de descalabro que no se evapora del cuerpo de los sevillistas. Bien podra ocupar el tcnico, ahora que le ha ganado al Getafe y la tranquilidad y el optimismo regresan a Nervin, el puesto de

presidente de

petal

la prxima Semana Santa

. A buen seguro que firmara gustoso para quedarse otro ao en un club en el que ha entrado por la puerta de atrs y ahora va pareciendo que le quieran echar por otra an peor. Ms pequea.

Como por la que arrastraron al hroe Mendilibar no hace tanto

. Porque al parecer en el Sevilla todo es problema del banquillo. No del club o del vestuario. No vale ningn entrenador. Siempre se rompe la cuerda por la zona ms sencilla.

Proyectos de tres meses. Y se aplauden esos cambios porque socialmente nos cansamos pronto del que pierde dos partidos.

Destronamos al que falla dos ocasiones de gol. Denigramos al que tiene un mal da. No hacen falta ni dos. La mala educacin y el cortoplacismo como forma de vida. Y despus nos echamos las manos a la cabeza por las estampas vistas en Semana Santa y en cada santa semana del ao.

Que Dios (nunca mejor dicho en la Pascua) nos coja confesados.

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