El influencer Amadeo Lladós, más conocido únicamente como Llados, está dando mucho que hablar últimamente por sus polémicos cursos para crear triunfadores y millonarios. Según él, si estás gordo y ganas mil euros al mes te estás faltando al respeto. Señala que convertirse en una persona exitosa es tan fácil como seguir una serie de consejos, marcados especialmente por la ley de la atracción, y, por supuesto, pagar su programa de afiliación. 50 euros al mes con los que, en realidad, es él el que se está haciendo millonario.
Puede parecernos de lo más innovador, pero en realidad Llados es la versión tatuada de Wallace Delois Wattles. Este escritor estadounidense publicó en 1910 el libro La ciencia de hacerse rico, en el que enseñaba a usar la ley de la atracción para conseguir una vida exitosa basada en la manifestación y el deseo de alcanzar objetivos.
Rhonda Byrne, la productora y escritora de El Secreto reconoció tras la publicación del libro que la obra de Wattles fue su principal fuente de inspiración. Posiblemente también sea la de Llados. El problema es que el influencer está llegando a unos niveles de toxicidad en su discurso muy peligrosos. Se trata de algo evidente, a pesar de todas las personas que le siguen. Pero la ley de la atracción y todo lo que ello conlleva ya eran peligrosos antes de que él pusiera en marcha sus cursos. Las redes sociales han llevado la ley de la atracción y el poder de la manifestación a un extremismo que puede tener serias consecuencias psicológicas. Por eso debemos tener mucho cuidado a la hora de seguir lo que estas personas recomiendan.
La historia de la ley de la atracción
Hay referencias similares a la ley de atracción en textos tan antiguos como la Biblia o el Zohar cabalístico. No obstante, se utilizó como concepto por primera vez en 1877, en un libro escrito por la música rusa Helena Blavatsky. Le daba una connotación espiritual, pero no lo explicaba con detalles. Esto lo hizo en 1907 el abogado ocultista estadounidense William Walker Atkinson. Fue la primera persona en hablar de la importancia de manifestar deseos y mencionar la ley de la atracción de una manera similar a como se hace hoy en día.
Poco después, en 1910, llegó el ya mencionado Watters y, tras él, otros muchos escritores, entre los que destacó en 2006 la famosa Rhonda Byrne. Con su libro El Secreto, la ley de la atracción se convirtió en un fenómeno de masas. Tal fue su éxito que en 2010 y 2012 publicó otros dos títulos: El Poder y La Magia. Con el primero respondía a algunas dudas que le habían llegado de lectores del secreto y con el segundo hacía referencia a la importancia del agradecimiento para que nos pasen cosas buenas.
Cabe destacar que Byrne es productora de televisión, escritora y cuentacuentos. No tiene la más mínima idea de psicología, de manera que ninguno de los mensajes transmitidos por estos libros tiene evidencia científica. Es más, agradecer es bueno solo hasta cierto límite. No podemos dar gracias por todo lo que nos toca en la vida porque a veces simplemente nos pasan cosas malas. El contexto no siempre es el que desearíamos y eso es algo contra lo que a veces no se puede luchar. Mucho menos dar gracias por ello.
¿Qué es exactamente la ley de la atracción que tanto defiende Llados?
Básicamente, la ley de la atracción señala que los pensamientos positivos harán que nos pasen cosas buenas y los negativos todo lo contrario. Se habla de la importancia de manifestar lo que se desea. Pensar mucho en ello para que finalmente se cumpla.
Esto, lógicamente, puede provocar mucha frustración en quienes no consiguen lo que quieren, a pesar de pensar y pensar en ello. Pero ese no es el único inconveniente que encuentran los psicólogos en la famosa ley defendida por Llados y otros influencers.
La psicología entra en escena
Hasta la publicación de El Secreto, la ley de la atracción se movía especialmente en círculos ocultistas. Sin embargo, primero la película y después el libro, ambos obra de Byrne, la hicieron llegar mucho más ampliamente hasta el público general.
Los psicólogos se pusieron también manos a la obra para intentar darle una explicación, pero la mayoría no la encontraron. Solo los que siguen la corriente Gestalt apoyan su eficacia a nivel psicológico. Esta corriente se basa en ayudar a las personas a entender sus pensamientos en el presente. No aportan herramientas para resolución de problemas psicológicos futuros y, además, en el caso del presente, pueden basarse en conjeturas sin fundamento científico, como la propia ley de la atracción. Hay bastante consenso en que la corriente que dispone de más evidencias científicas es la cognitivo conductual. En esta no se encuentra ningún tipo de explicación a la importancia de manifestar los deseos según la ley de la atracción.
Todo esto conlleva muchos riesgos
Creer que todo lo que pensamos se va a cumplir puede ser muy problemático, ya que hay personas que viven precisamente con miedo a que se cumplan sus pensamientos. Es importante hacerles ver que los pensamientos no son más que eso y no tienen nada que ver con nuestros actos. En Hipertextual hemos hablado sobre ello con la psicóloga Noelia Vargas.
“Existen problemas psicológicos donde se presenta el mantenimiento de ese miedo o ansiedad, en los que encontraremos conductas encubiertas de anticipación o rumia de esos pensamientos. Muchas veces estas conductas encubiertas tienen como función intentar controlar esos pensamientos, obtener información por si eso que tememos acaba pasando y tener en cuenta todos los escenarios posibles para controlar nuestra propia conducta en dichos escenarios. También podemos encontrar otras conductas como las de comprobación. Por ejemplo, comprobar todo el rato que no me está pasando nada, que los demás están bien conmigo y no están enfadados o comprobar si mi crush ha tardado mucho en contestarme y cómo lo ha hecho la última vez.”
Noelia Vargas, psicóloga
A menudo, estas personas manifiestan conductas de escape que pueden mantener ese malestar por los pensamientos. Incluso se pueden desarrollar conductas compulsivas como en el caso del TOC. Por ejemplo, alguien tiene un pensamiento terrible y catastrófico y desarrolla la creencia de que, para que no se cumpla, debe tocar madera cinco veces cuando se le pase por la cabeza.
En resumen, a veces creer que los pensamientos se van a cumplir puede llevarnos a rumiar obsesivamente esas ideas, así como a desarrollar comportamientos evasivos, esquivando rutinas del día a día para que no se cumplan nuestros temores. Y también es posible que se desarrollen compulsiones como las del TOC.
Ante todo esto, Vargas recuerda que es importante no hacer autodiagnósticos y consultar a un profesional si hay dudas. “La presencia de alguno de estos comportamientos no tiene porqué implicar un problema psicológico en sí ni dar mayores interferencias”.
Los influencias y la ley de la atracción
La ley de atracción se ha puesto de moda entre influencers. Tenemos casos tan escandalosos como el de Llados y otros más inocentes, como el de algunos creadores de contenido que cuentan a sus seguidores cómo les ha cambiado la vida manifestar sus deseos. ¿Pero es cierto que les ha sido útil ese pensamiento basado en la ley de la atracción?
“Consideran que ha sido positivo en su bienestar psicológico en tanto que se han fijado y concretado unos objetivos, han tomado las decisiones pertinentes, probablemente han analizado qué cosas necesitaban para conseguir ese objetivo y han seguido con el plan de acción, de forma más o menos constante y reforzándose en el camino, entre otras cosas”, relata Vargas. “Según lo realista que haya sido el objetivo y según de qué punto del tablero partan lo habrán podido conseguir”.
La psicóloga continúa con su discurso a través de un ejemplo. “Ahora están saliendo muchos influencers enseñando las llaves de la casa que se han comprado porque la manifestaron. ¿Pero es un objetivo realista para la mayor parte de las personas jóvenes de este país incluso si llevan a cabo todo lo que he comentado?”
Las causas por las que algunas personas creen que la ley de la atracción funciona
En el caso de los influencers y la creencia de que lo bueno que les pasa se debe a la ley de la atracción, Vargas menciona que se trata de casos de “ilusión de correlación” y de “error fundamental de atribución”. “Ambos son sesgos cognitivos que suponen un atajo en nuestra forma de pensar y que, de alguna manera, nos ayudan a movernos en el mundo”. En el caso de la ilusión de correlación, “se percibe una relación entre dos acontecimientos con toda probabilidad no relacionados o donde se exagera una relación bastante más débil de lo que es en realidad”.
Con respecto al error fundamental de atribución, “lo que hacemos es sobreestimar los factores personales, como nuestros rasgos, características o en este caso, la actitud o poder para manifestar, frente a los factores situacionales o circunstanciales”.
Es decir, piensan que han manifestado y lo han conseguido, por lo que manifestar funciona (ilusión de correlación). Sin embargo, “se obvian de alguna manera las circunstancias que han facilitado esa consecución así como las acciones ejecutadas para ello (error atribucional)”.
Por otro lado, si la ley de la atracción triunfa tanto es porque nos aporta algo que los seres humanos deseamos sobre todas las cosas: sensación de control. Saber que hay cosas sobre las que no tenemos poder a veces nos genera mucho malestar. En cambio, manifestar lo que queremos y evitar los pensamientos negativos nos daría una falsa sensación de control. De hecho, si los primeros acercamientos a esta ley llegaron en textos religiosos es precisamente porque la religión tiene una utilidad similar.
El caso concreto de Llados
Esto puede verse muy bien con el caso concreto de Llados. “Llados ha construido su discurso aprovechando el reforzamiento de algunas conductas y expresiones de género masculinas, además de sostener todo su contenido en la ley de la atracción”, explica la psicóloga. “Señala un discurso que da cierta sensación o percepción de control sobre el destino de uno, apelando a ciertos cambios del contexto muy radicales y problemáticos como el aislamiento de tu familia y de tu grupo de amigos”.
Este es un claro ejemplo de los peligros que puede conllevar la ley de atracción. Y no es algo nuevo. “La manifestación y el poder de la atracción llevan bastante tiempo calando en el discurso, yendo de la mano con un pensamiento positivo ilusorio que tapona el afrontamiento del malestar que estamos viviendo”.
Todo eso sin contar los mensajes gordófobos, machistas y de toda índole negativa que transmite el mensaje de Llados. Su curso para alcanzar el éxito mezcla los peligros y la falta de evidencia científica de la ley de la atracción con una sarta de clichés cargados de toxicidad. Si el éxito es eso, quizás sería lo último que deberíamos pensar en atraer.
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