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Tributo a Lobo y Melón en Jazzatlán Capital

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Melón, en un concierto en Teatro Casa La Paz de la UAM, en 2010.Foto Archivo

Merry MacMasters

 

Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2024, p. 8

Números clásicos como Amalia Batista, La sitiera, No hay negocio y Cosas del alma sonarán nuevamente al estilo son-bop de Lobo y Melón, ahora en Jazzatlán Capital. El famoso sexteto que estuvo activo entre 1958 y 1971, el único grupo mexicano en aportar al son cubano, será objeto de un tributo hoy por parte del dueto JaDe, formado por el pianista Jaime Reyes y Delhary Galindo, venido del son jarocho.

Ellos estarán en compañía de tres soneros que estudiaron y trabajaron con el cantante de son cubano Luis Ángel Silva Melón (1930-2016): Ernesto Mendoza, bajo; Carlitos Vázquez, tumbadoras, y Pedro Heredia Jr, bongós. Ellos tomaron varios talleres de son cubano con él, así como con Luisito Martínez y Julio del Razo, en el Centro Nacional de las Artes.

La música de Lobo y Melón aún incita a discusiones acaloradas a pesar del paso de los años y el hecho de que cada día se toca y se escucha menos. El repertorio del grupo, y de Melón como solista, ayudaron al dueto JaDe a subsistir ahora que vivió y trabajó dos años y medio en Tapachula, Chiapas, incluso en la pandemia. Reyes, quien fue pianista de Melón, siempre cultivó la idea de sonar su música en un club de jazz, ya que por lo regular lo que tocaba era son cubano, que se dirige más hacia los salones de baile. Me acuerdo que el cantante siempre expresó el deseo de que su música se escuchara en forma de concierto, no sólo que se bailara.

Reyes, también pianista del jazzista Tino Contreras (1924-2021), personaje que se relaciona mucho con Melón, porque compartieron marquesina en diferentes clubes nocturnos de antaño como el 33, en la avenida Juárez. De hecho, mañana la banda que acompañaba al baterista chihuahuense celebrará el centenario de su nacimiento también en Jazzatlán Capital. Para el integrante de JaDe, Tino y Melón son de la misma madera, de un México que los unifica.

El programa del Tributo a Lobo y Melón incluye un par de números de Tino que tienen coros tropicales; sin embargo, muchos de los números son muy jazzeables como Qué será mi china, Indeciso y La sitiera. Un problema a resolver fue cómo sustituir la voz impecable y manera de cantar de Melón. El dueto lo resolvió desde Tapachula interpretando ellos, aunque no se consideran cantantes. Luego, hubo que adaptar las canciones para la voz femenina. Cantar e interpretar su música a dos voces es algo que me emociona mucho, agrega Reyes.

Si el estilo Lobo y Melón, con sus chúas, son-bop, y el empleo de las voces para compensar la falta de metales, ya se interpreta menos, eso también se debe a su dificultad. La música y los arreglos son complejos. Con ocasión de la presentación en Jazzatlán Capital, no utilizaremos ningún instrumento de aliento con la finalidad de poder disfrutar de los coros y los arreglos, dice el pianista a La Jornada.

Acota: “entré al son cubano por medio de Melón y ahora al son jarocho mediante los músicos regionales. Encuentro un gran parecido, digamos, en cuanto a una riqueza de empirismo, el cual manejaba Melón quien no era músico en el sentido de la formación académica. Tampoco Tino. Eso me fascina de los dos. Eran artistas que transmitían la música por medio de gestos. No la escribían para que alguien la leyera. Ellos habían adquirido sus conocimientos mediante la tradición oral.

En el taller de son cubano del Centro Nacional de las Artes, Melón hizo cantar a personas como Carlitos Vázquez y Henry Ortega que hoy viven de eso. Lo mismo pasa con el son jarocho. Hemos logrado un sonido que no es ni jazzístico, ni contemporáneo, sino sonero. Tiene mucho sabor.

El Tributo a Lobo y Melón será hoy a las 22 horas, en Jazzatlán Capital, calle de Guanajuato 239, colonia Roma.

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