Más del 99% de los teléfonos inteligentes que hay en el mundo funcionan con procesadores ARM. Puede que hayan sido fabricados o diseñados por empresas como Qualcomm, Apple, NVIDIA, AMD, Amazon o Samsung, pero la arquitectura y las instrucciones en las que se basan son las mismas. Y son propiedad de una misma compañía, Arm Holdings. Pocos casos de este tipo podemos encontrar en la tecnología, donde las rivalidades nunca duermen y cuesta mantenerse en pie durante mucho tiempo. Pero una modesta empresa de ordenadores de Reino Unido quiso crear su propia CPU para un PC doméstico sin saber que iba a ser crucial en la revolución móvil que vendría mucho más adelante.
Hoy, empresas de todo el mundo fabrican chips ARM y pagan una licencia a Arm Holdings, una empresa con sede en Cambridge, Reino Unido, y que es la propietaria del diseño e implementación de ARM. La arquitectura ARM está dentro de teléfonos inteligentes, tabletas, relojes y pulseras, televisores, consolas de videojuegos, ordenadores portátiles, asistentes de voz, electrodomésticos, drones, maquinaria industrial, sensores y toda clase de dispositivos de domótica. Puede que en el sector del PC, Intel y AMD sean los principales fabricantes de CPU, pero la arquitectura diseñada por Acorn Computers en los años 80 esta presente en todo lo que sea móvil o integrado.
En su presentación de resultados del 30 de julio de 2025, Arm Holdings compartió varios datos interesantes. Desde 1990, se han fabricado y vendido más de 325.000 millones de chips basados en la arquitectura ARM. Chips que podemos encontrar en dispositivos móviles, computación en la nube, inteligencia artificial, automoción y sistemas de domótica e integrados. Y que son fabricados por empresas como NVIDIA, Amazon o Google, entre muchas otras. La lista es interminable. Pero, ¿cómo empezó todo?
Acorn Computers, innovando desde UK

El nombre de Acorn Computers es hoy un recuerdo que vivió mejores tiempos. Pero suele aparecer en casi todas las historias de tecnología. Esta empresa de ordenadores fue creada a finales de 1978 por Hermann Hauser, Chris Curry y Andy Hopper. Su propósito era diseñar, fabricar y comercializar ordenadores personales. En aquel entonces, no había un único estándar, ya que el PC de IBM llegaría en 1981. Así que había varios fabricantes que iban cada uno en su propia dirección. La mayoría en Estados Unidos. Pero Reino Unido también apuntaba maneras por aquel entonces. Con empresas como Sinclair (responsable del Spectrum) o Amstrad (responsable de las series CPC).
Acorn Computers tenía varios éxitos en su catálogo. Pero el que más, por entonces, era el BBC Micro, un ordenador doméstico creado a petición del servicio público de radio y televisión de Reino Unido, la British Broadcasting Corporation o BBC. Las ventas superaron el millón de unidades. Sin embargo, el éxito dura poco en un sector como era el de la computación doméstica, en constante movimiento. Como dije antes, en 1981, IBM lanzaría al mercado su PC, el modelo 5150, que se convertiría en un estándar de la industria. Y salvando las distancias, el Macintosh de Apple también tenía su público fiel.
En Acorn Computers vieron que los ordenadores domésticos con chips de 8 bits estaban llegando a su fin. El PC de IBM contaba con un Intel 8088 de 16 bits. Hacía falta moverse rápido para estar ahí cuando el sector empezara a comercializar microprocesadores de 16 bits a gran escala. En 1983, Sophie Wilson y Steve Furber, dos de los responsables del BBC Micro, se plantearon qué chip incorporar a sus futuros ordenadores. Los candidatos eran el Intel 80286 (1982), el Motorola 68000 (1979) que utilizó Apple en el Apple Lisa y en el Macintosh, y, finalmente, el NS32016 (1982). Pero no contentos con las opciones disponibles, optaron por una segunda vía: crear su propio procesador.
Si no te convence algo, hazlo tú mismo


Sophie Wilson y Steve Furber creyeron que era mejor diseñar un procesador o chip propio en vez de depender de una CPU de un fabricante externo. A la larga, daría menos problemas, ya que las opciones disponibles no ofrecían las características ni prestaciones que consideraban imprescindibles. En especial en lo que respecta a uso de memoria y velocidad de procesamiento. Sin embargo, fabricar procesadores no es algo que puedas hacer tan fácilmente. O eso creyeron.
Hoy en día, la situación es la siguiente. Según un informe publicado en Semiconductor Digest, poner en marcha una fábrica de semiconductores, en la actualidad, requiere 19 meses en el mejor de los casos. En Taiwán. En Singapur y Malasia, el proyecto alcanzaría los 23 meses. Dos años. Y si hablamos de Europa o Estados Unidos, podríamos necesitar tres años (entre 34 y 38 meses) para poner en marcha una fábrica de chips totalmente funcional. Eso solo en cuestión de tiempo. Si hablamos de dinero, tenemos que hablar de millones de dólares.
Pero volvamos a 1983. Tras visitar una fábrica de semiconductores en Israel, Wilson y Furber viajaron a Estados Unidos para comprobar hasta qué punto era factible fabricar sus propios procesadores ARM. Todavía por diseñar. En concreto, visitaron las instalaciones donde se diseñaba el chip 6502 de MOS Technology, que era el que llevaba su exitoso ordenador BBC Micro. Allí se estaba gestando ya su sucesor de 16 bits, el 65C618, en el Western Design Center de Mesa, Arizona.
Mientras que en Israel se encontraron con una fábrica que empleaba equipamiento complejo y una gran cantidad de ingenieros, en Estados Unidos se encontraron con lo contrario. Una casa de una sola planta en un barrio residencial con unos pocos ingenieros y estudiantes que trabajaban con viejos ordenadores Apple II. Haría falta tiempo, recursos y dinero. Pero en Acorn Computers creyeron en el proyecto desde el primer momento. Aunque sin saber el éxito que vendría mucho después del primer ARM.
Diseñando un procesador RISC para tu hogar


Si diseñar una nueva CPU no era suficientemente arriesgado, a Hermann Hauser se le ocurrió ponerlo más difícil todavía. El que fue uno de los tres fundadores de Acorn Computers compartió con Wilson y Furber la posibilidad de diseñar su CPU con una arquitectura innovadora por aquel entonces conocida por sus siglas RISC, es decir, Reduced Instruction Set Computer. Computador con Conjunto de Instrucciones Reducido. Según la teoría, esta arquitectura era más rápida al ejecutar órdenes. Justo lo que querían los responsables del proyecto.
Hasta entonces, los procesadores utilizaban una arquitectura llamada CISC. Nombre que se acuñó a posteriori. CISC es el acrónimo de Complex Instruction Set Computer. Como vimos en un artículo anterior, esta arquitectura era práctica porque era barata de fabricar y hacía simplificaba tareas como programar, compilar, ejecutar o almacenar código. Pese a que la CPU debía ejecutar una gran cantidad de instrucciones. Así que, sin apenas rivales, era la más popular y el utilizado por IBM, Intel, Motorola y demás fabricantes.
La idea de crear un chip de tipo RISC gustó a Sophie Wilson y Steve Furber, ya que reducía el número de instrucciones necesarias de la CPU, lo que implicaba simplificar el diseño interno del chip o procesador. Un diseño más simple se traducía también en más rapidez de ejecución. ¿El único inconveniente? RISC hacía que los programas necesitaran más instrucciones. Y esto ocupaba más memoria. En una época en la que la memoria disponible era escasa por su elevado precio, era un gran inconveniente. De ahí el éxito de Intel, en particular, y de la arquitectura CISC en general. Pero los tiempos estaban cambiando.
El Acorn ARM1 ve la luz


A medida que los costes de la memoria bajaban, y pensando en el futuro, los responsables de crear la nueva CPU para Acorn Computers pensaron en dar el salto de los 16 bits a los 32 bits. La arquitectura RISC se lo ponía fácil. Así que tras los preliminares, el proyecto Acorn RISC Machine (ARM) se puso en marcha en octubre de 1983. Y el 26 de abril de 1985 ya estaba disponible el primer chip ARM o ARM1. Unos 18 meses para crear un nuevo chip con un equipo de unas pocas personas: Wilson y Furber en cabeza, dos diseñadores de chips adicionales y cuatro personas encargándose del software.
Esta CPU de 32 bits funcionaba a 6 MHz, tenía 25.000 transistores y estaba fabricado por la estadounidense VLSI Technology, que fabricaba memorias ROM y otros chips para Acorn Computers. Por lo demás, el ARM1 se empleó por primera vez como segundo procesador del exitoso BBC Micro. Como curiosidad, para abaratar costes, el propio BBC Micro sirvió como ordenador de pruebas, ya que Steve Furber creó, para ese ordenador, un emulador de ARM en lenguaje BASIC. Así no era necesario fabricar los chips para probarlos hasta que los diseños no estuvieran terminados y cumplieran con los requisitos necesarios.
Para terminar esta parte de la historia, hay que decir que el ARM1 tuvo una vida muy corta. Es más. No llegó a comercializarse. Pero sí se utilizó en el diseño de su sucesor. El primer ARM a la venta fue el ARM2, que no tardó en llegar. Formaba parte del nuevo ordenador Acorn Archimedes, comercializado a partir de 1987. Primero con sistema operativo propio y, posteriormente, con RISC OS. Considerado el primer ordenador doméstico basado en arquitectura RISC, y que en futuras versiones contaría también con el chip ARM3 y sucesivos.
Nace ARM, Advanced RISC Machines


Según pruebas de la época, el ARM2 era siete veces más rápido que el Motorola 68000 del Amiga o el Macintosh SE. Y el doble de rápido que el Intel 80386 de 16 MHz. Solo lo superaban los procesadores o chips para workstations como el Sun SPARC o el MIPS R2000. Chips que, cómo no, también empleaban la arquitectura RISC, como el propio ARM. Wilson, Furber y el resto del equipo habían hecho un gran trabajo.
En noviembre de 1990 se crea Advanced RISC Machines (ARM), una empresa participada o joint venture entre Acorn Computers, responsable del diseño, VLSI Technology (que para entonces se llamaba NXP Semiconductors), encargada de la fabricación, y Apple Computer, interesado también en implementar esta arquitectura a sus computadoras. La nueva empresa estaba conformada por doce diseñadores de la arquitectura ARM. En la página oficial de la actual arm, en minúsculas, aparecen mencionados, como fundadores de la nueva empresa, Jamie Urquhart, Mike Muller, Tudor Brown, Lee Smith, John Biggs, Harry Oldham, Dave Howard, Pete Harrod, Harry Meekings, Al Thomas, Andy Merritt, y David Seal. Y en 1991 se les uniría Robin Saxby como CEO.
De la asociación con Apple surge el Apple Newton, la PDA de Apple y antecesor del iPad. Tenía su propio sistema operativo, Newton OS, y estuvo a la venta entre 1993 y 1998. Su diseño empezó en 1987, dos años después de la salida de Steve Jobs de Apple. Y su primer lanzamiento contó con un procesador ARM6 adaptado específicamente a este dispositivo. Adelantado a su tiempo, Jobs le dio la estocada a su regreso a Apple en 1997.
ARM y la telefonía móvil


Pero si estamos hablando de ARM no es por el Apple Newton o por el Acorn Archimedes. Su verdadero éxito llegó cuando, en 1993, Acorn Computers logra un gran acuerdo con la finlandesa Nokia. Gracias al asesoramiento de la estadounidense Texas Instruments, que puso en contacto a ambas partes. Así, el Nokia 6110 GSM incorporó procesadores ARM. El éxito de este modelo de teléfono hizo que el procesador ARM7 se convirtiera en uno de los más utilizados por la industria de telefonía móvil del momento. Sin ir más lejos, el primer iPhone (2007) contaba con un chip integrado (SoC) de Samsung, el S5L8900, fabricado por Samsung y que combina una CPU de ARM con un procesador gráfico de PowerVR.
El resto es historia. En 1998, Advanced Risc Machines (ARM) cambia su nombre por ARM Holdings. De ahí la confusión entre el acrónimo que da nombre a los procesadores y a la propia empresa. Con gran éxito en las bolsas de Londres y Nueva York, en 2016, la japonesa multinacional SoftBank Group compra ARM Holdings por unos 32.000 millones de dólares. El final de Acorn Computers no es tan feliz como el de su spinoff empresarial. En 1985, la italiana Olivetti comprará el 49% de la compañía inglesa. Y en 1996 se deshará de gran parte de su participación.
En cuanto a ARM, ya hemos visto que goza de buena salud. La arquitectura ofrece, en la actualidad, chips y sistemas integrados (SoC) bajo diferentes series o líneas de producto, como Cortex. Con Cortex-A para dispositivos móviles, Cortex-R para conectividad en tiempo real y, finalmente, Cortex-M para microcontroladores de Internet de las cosas (IoT). Y su futuro pasa por diversificarse hacia áreas como la inteligencia artificial o las GPU. Quién les iba a decir a Sophie Wilson y Steve Furber que su proyecto para un PC doméstico iba a convertirse, décadas más tarde, en una pieza primordial de millones de dispositivos electrónicos y de todos los tamaños y formas posibles.
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