Lopera, la calle Jabugo y sin copa de baln

Hubo un tiempo, entre mesas de redaccin que eran licoreras y noches de seis garitos y un taxi en Alonso Martnez sin VAR ni mviles (menos mal), en que el periodismo saba que en la sevillana calle Jabugo, que al principio alguno pensaba que no exista y era una broma cinco jotas, sucedan fenmenos extraordinarios.

Ah, en esa direccin que pas a ser legendaria, operaba Manuel Ruiz de Lopera

, que lo mismo fichaba a Denilson, llamaba al Banco Hispanoamericano

en directo sin una cmara de Amazon Prime o cambiaba de nombre a un estadio. En las paredes de Jabugo exista ms actividad que en Nyon, el latifundio de la UEFA y los cubiletes.

Ese ftbol espaol tan entraable, en el que el diccionario serva como posavasos

, no se poda entender sin la calle Jabugo, sin

Imperioso,

el caballo al que susurraba Jess Gil, sin

Roig

presentando a Rinaldi cuando a quien haba fichado se llamaba Ranieri, sin Lendoiro y su querencia a las noticias a las 23:45 de la noche o sin

Mendoza y Gaspart

intercambindose cartas de amor.

“Llama al ‘gordo”

Cuando en esos periodos nocturnos

ya se haban escurrido quince hielos sin copa de baln cualquiera empezaba a recordar su llamada a alguno de aquellos emperadores. Exista una norma no escrita en recursos humanos.

Si el da iba tieso el jefe deca al redactor: “Llama al ‘gordo’ a ver qu se cuenta”.

El gordo era

Gil,

un salvador de pginas y programas de radio como ha habido pocos, que en cinco minutos en sus das menos inspirados daba seis titulares y tres portadas.

Eran contactos sin filtro, tiempos de un oficio

en el que no haba que hacer una llamada para obtener permiso con el que efectuar una llamada como paso previo para realizar la llamada final que a veces es denegada. Hay que ser

muy especial para convertir la calle Jabugo

en un faro del ftbol.