El hombre con el pene más grande del mundo hizo trampas

Cada cierto tiempo, el mexicano Roberto Esquivel protagoniza titulares de todo el mundo por el dudoso honor de ser el hombre con el pene más grande del mundo. No ostenta el récord oficial, en manos del actor Jonah Falcon, por dos motivos. El primero, estar declarado como persona con discapacidad. Y, el segundo, la reciente sospecha de haber conseguido sus increíbles 48 centímetros mediante artimañas.

En numerosas entrevistas, Esquivel se ha quejado del tormento que supone el pene más grande del mundo. Asegura tener fuertes dolores, infecciones de orina recurrentes y ninguna vida sexual. Además, no puede dormir boca abajo y debe atarse el pene a la pierna para conciliar el sueño.

Todo eso sería una maldición si le hubiese llegado fruto de alguna malformación genética. Pero lo cierto es que no parece que sea el caso. Y es que, según la investigación realizada por periodistas de la cadena de televisión Barcroft, en realidad su pene, originalmente, medía solo 18 centímetros. Posiblemente llegó a tener el pene más grande del mundo por el uso de pesas para el alargamiento del miembro. Se conoce que en su juventud intentó ser actor porno. Y también que, al parecer, fue acusado en algunas ocasiones de exhibicionismo. Así que, lo que él describe ahora como un drama, puede que haya llegado a serlo, pero no podemos dejar a un lado el hecho de que él se lo buscó.

El pene más grande del mundo también es el más falso

Los periodistas de Barcroft dieron con Jesús Pablo Gilmore, un médico que en el pasado estudió el pene de Esquivel mediante tomografía computarizada.

Esta es una prueba de rayos X que se emplea para obtener imágenes detalladas de zonas internas del cuerpo. En el caso del pene, se puede usar para analizar su anatomía y estudiar problemas de erección. 

El doctor Gilmore sometió a Esquivel a esta prueba y comprobó que el pene más grande del mundo tiene truco. En realidad, el verdadero pene, con sus cuerpos cavernosos y todas las estructuras que lo componen, mide 18 centímetros. El resto es prepucio y piel inflamada.

En su día, el médico concluyó que posiblemente se debiera al uso de pesas para intentar alargar el pene, aunque Esquivel sigue negándose en rotundo a haber hecho algo así.

Un tratamiento peligroso

Lo que se sospecha que hizo Esquivel no es algo raro. Muchas personas recurren a pesas y otros dispositivos para el alargamiento del pene. Sin embargo, no hay evidencia científica de que estas sirvan de nada, pero sí de que pueden causar lesiones como la fractura de pene.

Por otro lado, hay aparatos que no se basan en pesas, sino en una especie de anillos que abrazan el miembro y poco a poco van tirando de él. Hay algunos estudios que sí apuntan a su eficacia, pero como mucho suponen un alargamiento de un par de centímetros en el mejor de los casos. Además, se necesita utilizarlos durante al menos dos horas diarias, todos los días, en un periodo de varios meses.  Y también hay muchos riesgos. Se pueden producir estrangulamientos, por ejemplo. La otra opción son las intervenciones quirúrgicas, que más bien se destinan a personas con disfunción eréctil, de manera que se trabaja en el bombeo de la sangre a los cuerpos cavernosos, favoreciendo que se produzca la erección. De nuevo, esto conlleva graves efectos secundarios, de modo que los urólogos solo lo recomiendan para personas con problemas graves.

Tener un pene de 18 centímetros y quererlo más grande para ser actor porno no es un problema. Ni muchísimo menos.