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Río de Janeiro empieza su gran fiesta

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Afp

 

Periódico La Jornada
Sábado 10 de febrero de 2024, p. 6

Río de Janeiro., Mucha ansiedad y también mucho cansancio, confiesa Pedro Gaspar. La fatiga de este bailarín viene de largos meses de exigentes ensayos. La ansiedad se explica en pocas palabras: el carnaval de Río de Janeiro por fin va a comenzar.

“Aquí le llamamos TPC, ‘tensión precarnaval’, que sentimos todos quienes participamos de una escuela de samba”, dice a la Afp.

Gaspar, de 30 años, gran sonrisa y evidente elegancia, es uno de los passistas de Unidos de Vila Isabel, una de las 12 prestigiosas escuelas de samba que desfilarán las noches del domingo y lunes en el Sambódromo de Río.

El carnaval ya está aquí, es la frase en boca de todos los locales.

En los pasados días, los blocos, procesiones musicales tan modestas como gigantescas, se han extendido por toda la ciudad, atrayendo a multitudes con creativos disfraces que bailan ritmos variados, ebrias de alegría y cerveza.

Aniversario del Sambódromo

Pero, como cada año, además del carnaval callejero, la fiesta culminará con suntuosos desfiles en el Sambódromo, con capacidad para 70 mil espectadores.

Diseñado por el arquitecto Óscar Niemeyer, el monumento de hormigón celebra su 40 aniversario.

La samba que suena es centenaria. Pero esta música creada por comunidades negras descendientes de esclavos africanos llevados a la fuerza a Brasil sigue siendo igual de imaginativa y potente.

Carrozas monumentales, bailarines con trajes brillantes y grupos rítmicos sensacionales defenderán los colores de su escuela en una feroz competencia.

Más allá de las actuaciones, el carnaval continuará demostrando su relevancia política y social.

El programa exalta a figuras negras a veces poco conocidas, tradiciones con raíces africanas, y también honra a las comunidades indígenas.

La escuela Salgueiro celebrará así la resistencia de los yanomami, un pueblo nativo de la Amazonía que vive una grave crisis humanitaria provocada principalmente por la explotación ilegal de oro.

El drama se agravó durante el gobierno del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro (2019-2022), y su sucesor de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, lucha sin resolverlo definitivamente.

El desfile de las escuelas de samba sigue siendo un lugar donde Brasil se piensa a sí mismo, teoriza el antropólogo Mauro Cordeiro, especialista en cultura de la samba.

▲ Al menos 7 millones de personas acudirán al Carnaval de Río y disfrutarán de la majestuosidad de los desfiles de las 12 escuelas de samba y otras actividades.Foto Ap

Inseguridad y dengue

El carnaval carioca hoy es un espacio donde se discuten las cuestiones políticas y sociales fundamentales de Brasil, añade.

Y aunque hay espacio para la ligereza –el éxito de los desfiles de 2024 es una canción dedicada al cajú, una fruta con un jugo tan delicioso como su famosa castaña–, el carnaval es un asunto serio.

Las fiestas en Río, que según proyecciones oficiales generarán ingresos por turismo de más de mil millones de dólares, no escaparán a las preocupaciones corrientes.

La seguridad, por ejemplo. Las autoridades han anunciado el despliegue de miles de policías en toda la región durante el carnaval, particularmente en los alrededores del Sambódromo.

Otra de las inquietudes es la epidemia de dengue, una enfermedad tropical que ya ha causado unas 50 muertes confirmadas en el país. Río ha declarado el estado de emergencia sanitaria y se distribuirán repelentes de mosquitos entre los espectadores del desfile.

Estos problemas no deberían disminuir el encanto ni impedir que las grandes escuelas de samba, arraigadas en los barrios populares, cobren protagonismo.

Durante unos días, la periferia toma la delantera.

Mangueira es una de ellas. Su nombre proviene de la favela donde se creó hace 96 años, a pocos pasos del estadio Maracaná, templo del futbol brasileño.

Este año, la escuela de bandera rosada y verde ha elegido exaltar con un relato de su infancia a la cantante Alcione, ícono de la samba, quien este año celebra sus 50 años de carrera.

La referente cofundó, hace 36 años, la filial Mangueira dedicada a la formación artística de niños.

Barbara Rachel, de 30 años, nacida en la favela y formada en la escuela, es hoy la directora cultural.

Es muy conmovedor porque Alcione es una figura que ha marcado nuestras vidas. No sólo la mía, sino la de toda una generación, afirma Rachel, cuyos alumnos desfilarán en el carnaval infantil.

La próxima generación está lista. No dejes que la samba muera, insta Alcione en una de sus canciones más famosas.

 

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