Cuidado con la comida sin refrigerar durante tus viajes de verano

Ir a la playa o piscina con amigos y familia suele ser lo más natural durante el verano, además de ser una actividad perfecta para aliviarse durante las olas de calor. En estas ocasiones, algunos optan por llevar alimentos preparados para el consumo, listos para cuando el hambre después de nadar ataca. Sin embargo, ¿sabías que esta práctica podría tener un cierto nivel de peligro? Y, por supuesto, el motivo tiene que ver con el tiempo que puede pasar la comida sin refrigerar.

En épocas de mucho calor como es el verano, la comida fuera del refrigerador puede convertirse en un auténtico peligro. Los alimentos preparados solo pueden estar sin refrigerar un máximo de dos horas. Una vez pasado este tiempo, comienza a convertirse en un auténtico caldo de crecimiento bacteriano que solo empeorará a medida que los minutos sigan corriendo, efecto que se ve incluso incrementado durante las olas de calor.

Un terrible error es dejarse guiar por el olor o la apariencia de los alimentos que han estado en calor por un tiempo. Aunque pueda parecer incongruente con lo que aprendemos acerca de la descomposición orgánica, la comida que ha estado sin refrigerar por un par de horas no presentará mal olor o color. Sin embargo, en su superficie encontraremos un preparado de bacterias que podrían resultar perjudiciales para la salud.

Asimismo, calentar la comida en el microondas o en una cocina no matará a estas bacterias. De hecho, incluso podrías aumentar los riesgos de contraer una intoxicación.

¿Qué es lo peor que nos puede pasar por comer comida sin refrigerar?

Por supuesto, es poco probable que pienses en las consecuencias de comer comida sin refrigerar cuando estás en una piscina o playa con amigos y un par de cervezas en el sistema -las cuales también resultan mucho más perjudiciales en épocas de calor-. Sin embargo, si alcanzas a leer esto antes de estar en tu destino vacacional de este verano, es posible que haya salvación.

Comer comida sin refrigerar puede tener varias consecuencias, incluso si solo ha estado un par de horas en el calor veraniego. En una ventana aproximada entre los 30 minutos y las cuatro horas, tu sistema podría comenzar a presentar síntomas de una gastroenteritis. Estos pueden traducirse en cólicos, vómitos, diarrea explosiva, y si llega a caso extremos, también deshidratación, algo poco recomendable para tener durante las olas de calor.

La razón está en el estafilococo, una bacteria que puede producir enterotoxinas, las cuales pueden derivar en la mencionada infección intestinal.

La refrigeración es esencial para evitar una infección durante este verano

Si quieres evitar contraer una infección de este tipo, será esencial que no comas comida sin refrigerar. En caso de no tener más opción, el tiempo máximo será de dos horas, y en días de mucho calor como los que hemos estado viviendo en España, esta ventana se ve reducida a apenas una hora tras su preparación.

La solución, en caso de no tener más remedio, será refrigerar los alimentos en una temperatura máxima de 5 grados Celsius. Lo mejor para esto es transportarlos en una nevera portátil con hielo, en caso de encontrarte en sitios como una piscina o una playa. Así, te aseguras de que estén listos para comer cuando llegue el momento. No obstante, si vas a consumirlo unos días después, será totalmente necesario conservarla en el congelador.

Si vas a almacenarla en un refrigerador, primero deja que se enfríe naturalmente. Si lo haces estando caliente, puede afectar negativamente al resto de alimentos dentro. Además, también estarías obligando al electrodoméstico a trabajar el doble, según comentaba a La Vanguardia la Experta Europea en Calidad y Seguridad Alimentaria, Gabriela Brieba.