Raymundo García G.
Diario El Mundo
La situación de los desaparecidos sigue siendo muy recurrente y dolorosa; «es algo que lastima la integridad de la persona, la víctima y también la familia», expuso el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
Monseñor consideró que lo más doloroso es precisamente, la indiferencia de la sociedad, y de quienes tienen que ir resolviendo esos asuntos.
«A veces se raya no solo en la indiferencia, sino también ignorando que esas realidades están lacerando la vida familiar, social y todo lo que implica la sana convivencia de un país, también el dolor que causa», abundó.
Dijo que es doloroso, como la dignidad de la persona, ya en su etapa final que son los restos humanos, muchos de éstos sigan sin ser identificados; y consideró el retraso en la identificación de los cuerpos de desaparecidos por parte de las Fiscalías, que se pueda deber al trabajo que tienen, la cantidad y lo administrativo.
Descartó que la Diócesis cuente con estadísticas sobre el tema de desaparecidos; sin embargo conocen la situación con todo lo que en las comunidades se cuenta y de lo que se vive.
«El tema más doloroso es el de la sospecha, porque no tenemos acceso directamente a la verdad», abundó.
Referente a los datos que da el INEGI que dice que más del 60% de la población no se siente segura en la calle, opinió que «esos datos son para que nos preocupáramos porque ya no es posible transitar en tu pueblo, por tu calle con la inseguridad; siempre estamos en riesgo pero me parece que se ha acentuado y ha aumentado», expuso.
Y señaló que nadie va con alegría por las calles, nadie va con seguridad, y el miedo con el que se vive en las calles.
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